Soy de la idea de que fue el siglo XIX el que vio nacer y desarrollarse a las personas más geniales de la historia, en todos los ámbitos. Por mencionar a unos poquísimos: Alexander Fleming, Thomas Alba Edison, Henry Ford, William James, Marie Curie, Albert Einstein, Ernest Hemingway...
Desde luego que todos los siglos de todos los tiempos contaron con gente que poseía una inteligencia, habilidades y dedicación fuera de lo común y muy destacable, gente para la que se necesitarían varios volúmenes para explicar un poquito de todo lo que fueron e hicieron. Otra vez por mencionar una ínfima cantidad de ellos: Newton, Galilei, Gutemberg, Da Vinci, Shakespere. Ya este nuevo siglo, en cambio, en mi muy humilde opinión, está contando todavía con los dedos de la mano a las personas que verdaderamente están haciendo una diferencia en la humanidad, y los pocos que lo están haciendo están perdidos en el anonimato, aplastados por cientos y cientos de personajes sin un ápice de talento; pero que tienen la atención de la gran mayoría, muy desafortunadamente. Y hablando de mentes brillantes, de estos tiempos tan raros que corren, y de lo poco que se conoce de ellos, se me ocurre pensar en esa persona que ideó las nuevas maneras de transportarse y de enviar y recibir comida, por ejemplo.
Si las características de un genio son, entre otras cosas, capacidad extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables, inteligencia superior a la media, curiosidad insaciable, creatividad, disciplina para mantenerse concentrado en lo que busca, perseverancia. Si se trata de alguien que cuestiona lo convencional y busca nuevas maneras de entender el mundo, entonces Travis Kalanick es todo un prodigio.
¿Acaso no es algo increíble esto de poder pedir un taxi o un plato de comida con tan solo presionar un botón en el teléfono celular? Esta idea ha venido a revolucionar la manera de vivir de muchos, por no decir que de todos. Además de ser una gran oportunidad de trabajo y una muy buena por cierto. Es como que si en esto ganáramos todos, los que ordenan y los que llevan las órdenes, los que viajan y los que llevan a los viajeros. Y en países como Estados Unidos ya es muy común la gente que es al mismo tiempo usuario y prestador de servicios. Además de que está creciendo como la espuma este negocio, ahora mismo si a usted se le olvidó algo importante en casa y se encuentra muy lejos para volver, puede tranquilamente mandar por ese objeto o paquete, solo tiene que entrar a la aplicación, y listo. Un desconocido que lleva el mismo rumbo suyo pasará dejándoselo, con sonrisa incluida. Una maravilla de verdad. Desde luego, y como lo es en muchas ocasiones, esto nació de una necesidad frustrada, en este caso, sucedió una noche parisina fría y lluviosa en la que Kalanick no pudo encontrar un taxi que lo devolviera a su hotel.
Y bueno, es verdad que no podemos dejar afuera a Jeff Bezos, a Jobs o a Bill Gates cuando hablamos de genios modernos, es solo que seguimos contándolos de a poquito y pues ya estamos en la cuarta parte de este siglo. Supongo que toca cruzar los dedos para que sigan apareciendo, al mismo tiempo que todos ponemos nuestro granito de arena para hacer de este mundo un lugar mejor.
