El 1 y 2 de noviembre se celebra, en diferentes partes del mundo, una fiesta de los vivos en honor a los muertos. Es una tradición en la que las familias se reúnen en los cementerios para rendir homenaje a sus seres queridos y conmemorar su memoria de diversas maneras, según sus costumbres y culturas.
Hay diferentes teorías de las raíces de esta fecha del Día de los Difuntos en América. La más conocida, que la celebración surge de los rituales que realizaban los pueblos indígenas de México y Centroamérica.
En particular, los aztecas se reunían con una diosa llamada Miccaihuitl, como parte de un ritual funerario que implicaba hacer ofrendas a la diosa y al difunto.
Los aztecas creían que los muertos no se habían ido. Siglos después, eran celebraciones llenas de fe y de respeto en esos dos días consecutivos. Sus vestuarios formales con los trajes color negro en hombres y mujeres y una reverencia para sus seres queridos difuntos. Además de los rezos, oraciones de los adultos y menores, era una obligación moral explicarles a los niños y niñas que significaba esa reunión familiar en el cementerio celebrando con la familia y amistades.
En la actualidad, realizan todo tipo de limpiezas en las tumbas, pintarlas y adornarlas con todo tipo especies de flores y coronas, especialmente, en los cementerios tradicionales.
En algunas ocasiones, las nuevas generaciones llevan grandes parlantes para escuchar todo tipo de música, abundan las selfies y algunos brindan con todo tipo de bebidas alcohólicas en honor a los muertos. Como el histórico Cementerio General San Pedro Apóstol de San Pedro Sula, fundado aproximadamente en el año 1869 como campo santo privado, que alberga difuntos de diferentes partes del mundo, desde esa fecha hasta este domingo 2 de noviembre de 2025, en un país llamado Honduras.
