De peso

Hacíamos mucho deporte en las escuelas y ratos libres. La palabra sedentarismo no era de uso común. La actividad física era parte de la diversión de ser jóvenes y comíamos sano.

Recuerdo la época de mi niñez, allá en la década de los sesenta. Una buena época para ser niño. La vida era simple pero sumamente satisfactoria. Nuestros padres nos proveían de seguridad, protección, alimentación, ambiente familiar adecuado, amor.

Hacíamos mucho deporte en las escuelas y ratos libres. La palabra sedentarismo no era de uso común. La actividad física era parte de la diversión de ser jóvenes y comíamos sano.

Nuestra alimentación era buena pero sencilla. No había comidas rápidas, ni entregas por “delivery”. Comíamos en nuestra casa lo que había. No nos hacían platillos especiales. Si no nos gustaba, igual teníamos que comer. Los refrescos embotellados eran limitados a 2 marcas y en botellas de 6.5 onzas.

Los restaurantes eran para adultos y eran pocos. Pollo frito no era un plato común en los hogares, era guisado con papas. El único antojo que podíamos darnos era un pan blanco con mantequilla y un refresco de botella en la pulpería del barrio. La mayoría de los jóvenes éramos delgados. En esa época, la prevalencia estimada de obesidad en la población mundial era del 2-3%.

En 1980 empezó la epidemia de la obesidad. Para 2022 ya el 16% de los adultos eran obesos, según la OMS (890 millones de obesos y 2,500 millones con sobrepeso). Y se espera que para este año el índice alcance entre el 18-21%. Actualmente hay más obesos que desnutridos en el mundo, una situación nunca antes vista y que representa el cambio en salud global más notable en décadas.

Toda una industria se está favoreciendo de esto, es un negocio muy redondo. Fármacos, gurús en nutrición, ropa deportiva, gimnasios abarrotados, calles repletas de gente haciendo “running”, entrenadores personales, millares de dietas saludables. Y el problema no se detiene, lejos de eso empeora.

La obesidad ahora se considera una enfermedad, un enfoque correcto para combatirla. Es una de las principales causas de diabetes tipo 2. De hecho, alrededor del 80–90% de las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad.

Y el problema empeora porque ahora se presenta desde la niñez. En 2022, 380 millones de menores de 19 años presentaban sobrepeso y obesidad.

Lastimosamente estamos en un punto irreversible. Nunca antes hubo tanta oferta de comida basura, tanto sedentarismo, tanta gula.

Y mientras no entendamos que nutrirse es un acto de respeto propio, no se detendrá.

Sí, irán mejores tiempos.

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