Como lo hemos destacado antes, uno de los pasajes más afamados de la Biblia es el que habla sobre el amor.
La traducción que hace la versión La Palabra (Hispanoamérica) de la última parte de la descripción me parece digna de compartir. Esta dice: “[El amor] Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites. El amor nunca muere” (1 Corintios 13:7-8).
Cuando pienso en el significado de estos versículos, la imagen de una mamá aparece casi siempre en mi mente. Esto es así porque las madres se han propuesto en su corazón mostrarnos constantemente de que su amor por nosotros disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin límites y nunca muere.
En otras ocasiones hemos dicho que el secreto está precisamente ahí, en proponérselo en el corazón... y en hacerlo “sin límites”. ¿No le parece que es un ejemplo fabuloso? ¿No le parece que es también algo digno de agradecer y exaltar?
Por eso, sea con palabras, con letras, o a través de una oración, digámosle a nuestra mamá con todo el ser en este día de la madre: gracias por amarme con amor sin límites. Gracias por disculpar y soportar todos mis arrebatos dignos de penitenciaría. Gracias por confiar en mí aun siendo yo una persona muy pesimista. Gracias por esperar ese cambio de actitud en mí que finalmente sucedió y por ser mi ejemplo de fuerza y determinación. Eres la mujer más extraordinaria que conozco. ¡Te amo mucho!
Luego digámosle a Dios, también con todo el ser: gracias por bendecirme tanto a través de mi madre. De todos los regalos que me has dado, ella es uno de los más copiosos e inestimables. Como lo diría el poeta: no importa las personas que conozca y pasen tiempo a mi lado, mi mamá es única y siempre me amará más.
