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Shanhaiguan, donde la Gran Muralla se une al mar’

  • 06 agosto 2016 /

A 380 kilómetros al noreste de Pekín la Gran Muralla toca el mar, un tramo llamado “Vieja Cabeza de Dragón”.

Pekín, China

Shanhaiguan es una ciudad china a unos 380 kilómetros al noreste de Pekín, en la provincia de Hebei, cuyo nombre en chino quiere decir “paso entre la montaña y el mar” y ahí es precisamente donde la Gran Muralla termina su recorrido en el este, uniéndose al mar de Bohai, en el océano Pacífico.

En Shanhaiguan se puede ver el único trozo de la Gran Muralla que toca el mar, un tramo de unos veinte metros totalmente rehabilitados, llamado “Vieja Cabeza de Dragón”, que sirvieron como fortaleza de defensa a los guerreros de la Dinastía Ming (1368-1644).

Dato
Cuenta la leyenda que en su construcción muchos de los 1,500 soldados y trabajadores que participaron, murieron ahogados, y que la obra se retrasaba a diario
Cuenta la leyenda que en su construcción muchos de los 1,500 soldados y trabajadores que participaron, murieron ahogados, y que la obra se retrasaba a diario. No solo tenían que esperar a los intervalos de las mareas bajas para poder trabajar mejor, sino que tuvieron que empezar muchas veces desde los cimientos porque los muros de apenas un metro de altura se caían con la fuerza del agua del mar.

Desde la fortaleza se puede contemplar en un día claro las playas a los laterales y el sonido del mar golpeando la Gran Muralla. Desde ese punto, se puede bajar las escaleras, caminar por la arena, incluso disfrutar de un baño o un paseo en lancha rápida si la temperatura lo permite, antes de dirigirse al templo Tianhou, también adentrado en el mar.

Este templo cuenta con una diosa que protege a todos los hombres de la mar y es un lugar muy recomendado para hacer una parada en el camino, relajarse, disfrutar del mar y contemplar las mejores vistas para hacer las fotos de la “Vieja Cabeza de Dragón”.

Otro punto de interés en la ciudad es el paso de Shanhaiguan, construido en el año 1381 por un general de la dinastía Ming, mientras que uno de sus sucesores comenzó la fortificación y la construcción de una ciudad militar alrededor de la misma, que la hicieron una de las más seguras en China.

Gran Muralla
Desde la fortaleza se puede contemplar en un día claro las playas a los laterales y el sonido del mar golpeando la Gran Muralla. Desde ese punto, se puede bajar las escaleras, caminar por la arena, incluso disfrutar de un baño o un paseo en lancha rápida si la temperatura lo permite, antes de dirigirse al templo Tianhou, también adentrado en el mar
Tal vez lo que más destaca de esta construcción son los cinco caracteres chinos inscritos en 1920 que dicen “Tian Xia Di Yi Guan”, que literalmente significa “Primer Paso Bajo el Cielo”. Este paso, con forma de cuadrado, tiene un perímetro de cuatro kilómetros y unas paredes que alcanzan los catorce metros de largo y los siete de ancho.
De las cuatro puertas con las que contaba la ciudad, sólo se conserva en la actualidad la del este, llamada Zhendong, que era la más importante por su posición.

El turista puede seguir su recorrido por el centro de Shanhaiguan, donde se encuentra un museo dedicado a la Gran Muralla, con una pequeña colección que da una idea muy superficial de sus dimensiones e importancia, aunque el modelo a escala de la zona sí permite orientarse sobre la planificación de la ciudad y alrededores.

Foto: La Prensa

La muralla fue designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1987. Gran parte de la Gran Muralla tiene fama de ser el mayor cementerio del mundo.

Foto: La Prensa

Aproximadamente 10 millones de trabajadores murieron durante su construcción. No se los enterró en el muro en sí, sino en sus inmediaciones. Las cifras varían.

Ciudad elegida

Desde 1961, Shanhaiguan se convirtió en una ciudad cultural de “Primera Categoría Nacional”, un galardón que el Gobierno chino también concedió a los otros dos grandes pasos de la Gran Muralla, Jiayuguan (el más al oeste) y Juyongguan (a unos 50 kilómetros de Pekín).

En los años 80 la mayor parte de la ciudad fue reconstruida, pero la gran reforma empezó en 2003, cuando el Gobierno chino invirtió 200 millones de euros en la compra y rehabilitación de casas de las calles más céntricas, en un programa de reconstrucción que esperan que esté finalizado en 2010.

Además, Shanghaiguan cuenta con estación de tren propia, que la une a Pekín en unas seis horas en tren lento y desde hace un par de años también tiene uno rápido que apenas tarda unas dos horas.

Los locales de la zona se han dado cuenta rápido de la llegada de turistas nacionales y foráneos y despliegan una variada gama de actividades por las que hay que pagar, desde tocar el tambor a alquilar un pequeño cochecito que parece de juguete para recorrer la muralla o hacerse fotos con caballos.

La cercanía de las playas de Qinhuangdao y Beidahe también hacen de Shanghaiguan un destino frecuente para los pequineses que en verano buscan la playa y desconectar de la gran ciudad.

La Gran Muralla es una antigua fortificación china construida y reconstruida entre el siglo V a. C. y el siglo XVI (Edad Moderna) para proteger la frontera norte del Imperio chino durante las sucesivas dinastías imperiales de los ataques de los nómadas xiongnu de Mongolia y Manchuria.

Contando sus ramificaciones y construcciones secundarias, se calcula que tiene 21,196 kilómetros de largo, desde la frontera con Corea, al borde del río Yalu, hasta el desierto de Gobi, a lo largo de un arco que delinea aproximadamente el borde sur de Mongolia Interior, aunque hoy solo se conserva un 30% de ella. En promedio, mide de 6 a 7 metros de alto y de 4 a 5 metros de ancho. EFE

Foto: La Prensa

El turista puede seguir su recorrido por el centro de Shanhaiguan, donde se encuentra un museo dedicado a la Gran Muralla