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España insiste en extradición de exmilitares salvadoreños

  • Actualizado: 17 marzo 2016 /

Son requeridos por la justicia española por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas en 1989

San Salvador, El Salvador

El canciller de España, José Manuel García-Margallo, aseguró este jueves que el asesinato de seis sacerdotes jesuitas en 1989 en El Salvador es un crimen que está 'muy vivo' y su gobierno sigue 'con mucho interés' el proceso de extradición de los 17 militares retirados vinculados al caso.

'El crimen que se cometió el 16 de noviembre de 1989 contra seis jesuitas y dos colaboradoras, es un crimen que permanece muy vivo en la memoria del pueblo español', indicó García-Margallo en una rueda de prensa junto a su par salvadoreño Hugo Martínez en un hotel de San Salvador.

'He reiterado nuestro rechazo al crimen (...) y he subrayado que seguimos con mucho interés este proceso de extradición', añadió el jefe de la diplomacia española.

La Policía salvadoreña ha detenido a cuatro de los 17 militares retirados que son requeridos en extradición por la justicia española por su presunta vinculación al asesinato de los jesuitas, cinco de ellos españoles, y las dos mujeres del servicio doméstico.

Los militares que permanecen detenidos desde febrero son el coronel Guillermo Benavides, los subsargentos Antonio Ávalos y Tomás Zarpate, y el cabo Ángel Pérez Vásquez.

Otro militar salvadoreño residente en Estados Unidos, el coronel Inocente Orlando Montano, permanece detenido por orden de una jueza de Carolina del Norte que avaló su extradición a España.

Los restantes 12 militares se encuentran prófugos y son buscados por la Policía.

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) de El Salvador recibió la solicitud de extradición por parte de la justicia española, pero no ha tomado una decisión.

La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en medio de una ofensiva guerrillera sobre San Salvador, militares del extinto batallón Atlacatl asesinaron en el campus de la Universidad Centroamericana (UCA) al sacerdote español-salvadoreño Ignacio Ellacuría, rector de ese centro, y a los otros religiosos.

Las otras víctimas fueron los sacerdotes españoles Ignacio Martín Baró (vicerrector), Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno, el cura salvadoreño Joaquín López, la empleada doméstica Elba Ramos y su hija Celina.