29/03/2024
08:52 AM

Trabajo obligado y violencia, lo que más destruye a la niñez de Honduras

La violencia en Honduras es “estructural, generalizada y se ha venido dando desde el mismo Estado por acción u omisión”, dijo el Coiproden.

Tegucigalpa, Honduras.

Los niños y jóvenes son las principales víctimas de la violencia en Honduras, en muchos casos dentro de sus propias familias, lo que refleja que proteger a esa población no es una prioridad para el país, señaló este miércoles la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez (Coiproden).

“En Honduras tenemos altos índices de violencia y de inseguridad, y las principales víctimas en los últimos años han sido los niños, niñas, adolescentes y jóvenes”, dijo a Efe el director de Coiproden, Wilmer Vásquez.

La violencia en Honduras es “estructural, generalizada y se ha venido dando desde el mismo Estado por acción u omisión”, agregó.

La niñez y la juventud sufren abusos, violencia, acoso sexual, maltratos físicos y psicológicos, lo que les pone en una situación de vulnerabilidad, según Coiproden.

Un estudio de la organización humanitaria Casa Alianza señala que al menos 14.084 personas menores de 23 años, muchas de ellas niños, fueron asesinadas en Honduras entre 1998 y junio de 2022.

Vásquez lamentó que muchos menores se ven obligados en Honduras a dejar los estudios para trabajar, lo que los expone a graves peligros, incluidos el crimen organizado y el narcotráfico.

Cerca de un millón de menores de entre 5 y 17 años trabajan en Honduras, principalmente en labores agrícolas, el doble de lo que se registraba a inicios de 2020, debido a la paralización de su educación y la falta de ingresos de sus familias por la pandemia y las tormentas tropicales Eta e Iota, según la ONG Visión Mundial.

Maternidad temprana

El abuso sexual infantil, en muchos casos por familiares y amistades, es otro de los problemas que afectan a la niñez y juventud en Honduras, indicó Vásquez.

Dijo además que “la violencia sexual en Honduras ha ido en incremento permanente” y expresó su “preocupación por la no judicialización de los abusos de niños”.

El país registró entre 2016 y 2020 al menos 9.831 denuncias por agresión sexual a menores, de ellas 8.732 contra niñas adolescentes y 1.099 a varones, según un estudio de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).

Vásquez expresó que el embarazo adolescente en Honduras es un problema grave, producto de la falta de educación y el machismo, y está vinculado en muchos casos al abuso sexual, en un país donde los jóvenes no tienen acceso a educación integral sobre sexualidad.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la tasa de embarazo adolescente en Honduras roza los 89 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años, superior al promedio de la región de 61 nacimientos y más del doble del promedio mundial.

Falta una respuesta integral

Vásquez señaló que Honduras no ha logrado “tener una verdadera respuesta integral” frente a la maternidad infantil y adolescente.

En Honduras “hay una ausencia de estrategias” desde el sistema educativo, un problema que perpetúa a la mayoría de las jóvenes madres en la pobreza y afecta al 75 % de los 9,5 millones de habitantes del país, agregó.

Además, reconoció que se hacen esfuerzos para impulsar políticas públicas, armonizar la legislación con estándares internacionales y crear planes de acción para prevenir el embarazo en menores de edad.

“Pero no se trata solamente de contar con políticas públicas y hojas de ruta, sino más bien de que todos estos instrumentos tengan focalización de inversión pública para que haya una verdadera respuesta integral”, acotó.

En su opinión, la falta de inversión en educación, salud y en un sistema de protección integral, sigue “vulnerando los derechos de la niñez” en Honduras.