Honduras
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A más de 13,000 kilómetros de la Meca, Arabia Saudita, en un rincón del Caribe hondureño, un grupo de hombres garífunas inclina la frente hasta tocar el suelo y, con palabras en árabe, adora a Alá, el mismo Dios en el que creen millones de musulmanes en todo el mundo.
Se trata de Triunfo de la Cruz, en Tela, Atlántida, comunidad fundada el 3 de mayo de 1524 por el conquistador español Cristóbal de Olid, quien la llamó Villa de Triunfo de la Cruz en honor al Día de la Santa Cruz. Tres siglos más tarde, en 1797, llegaron los garífunas, expulsados por los británicos de San Vicente y desembarcados en Punta Gorda, Roatán.
Desde que llegaron a la costa caribeña, los garífunas preservaron rituales ancestrales como el dügü, práctica espiritual de sanación, reconciliación y homenaje a los antepasados bajo la guía de un buyei.
Se acercaron al catolicismo por la influencia de misioneros franceses en San Vicente y mezclaron sus creencias africanas para dar lugar a expresiones sincréticas, como su propia misa. Reconocieron a Jesucristo, pero sin abandonar la voz de sus ancestros.
Hoy, en 2025, el garífuna Christopher, cuyo nombre en griego significa portador de Cristo, asegura llamarse Bilal, como uno de los primeros seguidores del profeta Mahoma. Declara que dentro de poco será muslim, practicante del islam, religión monoteísta basada en la creencia en un único Dios, Alá.
“Mi nombre es Bilal y dentro de poco seré muslim. Me estoy preparando en Arabia Saudita. Estuve más de un año en la Meca, estudiando islam y aprendí a hablar árabe, pero no lo escribo. Tengo que regresar para terminar el curso”, comenta, mientras come pescado frito en una hamaca, en la casa de su tío Ismael Alí, situada frente a la mezquita recién construida.
Bilal, que no supera los 25 años, ya proclamó ante los musulmanes de la Meca que "no hay más dios que Alá y Mahoma es su mensajero". Dentro de poco deberá dirigir la mezquita levantada en 2024 por árabes en el barrio El Tigre, donde al menos 10 personas se reúnen para leer el Corán y cumplir los ritos del islam.
Con dinero aportado por los musulmanes de Arabia Saudita, el tío de Bilal y los extranjeros construyeron la mezquita, un edificio sin diseño arquitectónico tradicional musulmán, pero con figuras pintadas en las paredes exteriores alegóricas a la cultura árabe, como la media luna con estrellas sobre cúpulas.
“Un día, durante el Ramadán, llegué a Tegucigalpa, aunque mi destino era San Pedro Sula, pero Dios me mandó allí con un primo hermano, Mahmoud, de Sambo Creek. Él tiene más de 32 años de ser musulmán en Estados Unidos. En ese tiempo de Ramadán nos unimos para ayunar. Ese día estaban donando dos mezquitas: una para Trinidad y Tobago y otra quedó para Honduras. Hablé con un hermano egipcio en inglés y me preguntó si tenía tierras. Le respondí que sí, unas heredadas de mis bisabuelos”, relata Ismael Alí.
En Honduras existen mezquitas en San Pedro Sula, Tegucigalpa, La Ceiba y Choluteca, donde la mayoría de asistentes son emigrantes árabes. El caso de Triunfo de la Cruz resulta singular, pues la población es principalmente garífuna. Pero según Alí, desde hace varias décadas, hay alrededor de 500 convertidos en comunidades ubicadas en la costa caribeña de Honduras, como Limón, Travesía, Masca, Santa Fe y también en Estados Unidos.
“Esta es la primera mezquita en territorio garífuna. Es una historia grande. Ahorita tenemos personas adultas en la mezquita, aunque algunos se han ido a Estados Unidos y Belice, y 38 niños a quienes enseñamos garífuna, porque nuestra lengua se está perdiendo, además de árabe y el islam. Los estamos preparando”, explica Ismael, quien recuerda que “al hacer la shahada” los musulmanes le asignaron el segundo nombre Alí. El de nacimiento es Ismael Suazo.
Ismael, figura reconocida en la comunidad, abrazó el islam en 1983 al realizar la shahada, la declaración de fe islámica. Tres años después llevó la religión a su pueblo y logró convertir a unos 50 jóvenes que dejaron el cristianismo. Algunos ya murieron, mientras otros aún sostienen el Corán.
“El islam nos exige creer en un solo Dios y renunciar a la trinidad. Para nosotros, Jesucristo es un profeta y mensajero de Dios para la humanidad. A él no lo crucificaron para el perdón de nuestros pecados, porque cada musulmán responde por sus actos”, afirma.
Ismael no solo impulsa el islam en Triunfo de la Cruz, también lo hace en la aldea garífuna San Juan, Tela, donde cuenta "con unos 42 oyentes". Reconoce que los ha descuidado por falta de transporte, aunque “ellos leen los libros y comparan el mensaje del profeta Muhammad con el del cristianismo”.
Los musulmanes saudíes que financiaron la mezquita regresarán en noviembre, según Ismael, y junto a él planean realizar el dawah en toda la zona (equivalente al evangelismo cristiano) para que más garífunas se integren al islam como una forma de vida espiritual.
“Mire lo que pasa en El Salvador con el presidente Bukele. Era el país más violento del mundo, donde Satanás gobernaba, pero Bukele, que recibió el poder de Dios, vino como un ángel para amarrar a Satanás. Nosotros tenemos contacto directo con el hermano del presidente, Emerson Bukele, quien impulsa madrasa en El Salvador para enseñar disciplina a los niños, para que tengan una mentalidad sana”, sostiene.
Emerson Bukele es imam, escritor, poeta y empresario salvadoreño, medio hermano del presidente NayibBukele. Hijo de Armando Bukele Kattán, un destacado empresario e imam que fundó cuatro mezquitas en El Salvador, abrazó el islam en la década de 1980.
Aunque Ismael y Bilal muestran entusiasmo al ver crecer el número de interesados en el islam, otros garífunas prefieren guardar silencio y observan con recelo la presencia de la mezquita en esta comunidad de más de 8,000 habitantes.