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Más allá de usar en las aulas ChatGPT, Grok, DeepSeek y otros modelos, el sistema de educación superior de Honduras, compuesto por universidades públicas y privadas, enfrenta un desafío importante: adaptarse a los cambios que trae consigo la Inteligencia Artificial (IA) física en el mundo industrial.
A mediano plazo, las instituciones deberán transformar sus planes académicos para preparar a la población de uiversitarios, que supera las 230,000 personas, en profesionales capaces de interactuar con esta nueva generación de máquinas inteligentes que demandan nuevas habilidades.
La IA física, resultado de la convergencia entre hardware avanzado, algoritmos de inteligencia artificial y sistemas de visión, se abre paso en la industria con un ritmo acelerado. A diferencia de la robótica tradicional, estos sistemas no se limitan a repetir instrucciones, sino que combinan percepción, razonamiento y acción para desenvolverse en entornos dinámicos.
Según el informe IA física: Impulsando la nueva era de las operaciones industriales, publicado este mes por el Foro Económico Mundial (WEF, WorldEconomicForum) junto a Boston Consulting Group, los robots inteligentes ya son capaces de tomar decisiones en tiempo real y ejecutar tareas complejas con un nivel de autonomía que antes parecía inalcanzable.
La introducción de estos sistemas plantea la necesidad urgente de rediseñar las competencias de la fuerza laboral. El WEF recomienda impulsar programas de reskilling, es decir, la adquisición de nuevas habilidades, y de upskilling, enfocados en la actualización y perfeccionamiento de capacidades. Sólo de esta manera los trabajadores podrán integrarse a un ecosistema en el que la colaboración con las máquinas será constante, advierten.
En ese futuro cercano, las oportunidades laborales estarán vinculadas a funciones como supervisores de robots, responsables de coordinar procesos automatizados; entrenadores de IA, encargados de enseñar nuevas tareas a los sistemas inteligentes; optimizadores de sistemas, especialistas en detectar mejoras en la eficiencia y el rendimiento de las operaciones.
El doctor en matemáticas Mario Suazo, coordinador de Matemáticas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) en Cortés, considera que “efectivamente, las universidades tendrán que replantearse para enfrentar el futuro en el cual tendrán más protagonimos los robots que operarán con IA".
“La base de la Inteligencia Artificial es las matemáticas y en Honduras son pocas las personas interesadas en números y esto no sólo lo vemos en Honduras, sino en América Latina. Un informe reciente indica que América Latina sólo está por arriba de África subsahariana en estudiar carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés: Science, Technology, Engineering and Mathematics)”.
Para encarar los nuevos retos, según Suazo, la Unah está trabajando en el campus de Tegucigalpa en la creación de maestrías en ciencia de datos, big data, Inteligencia Artificial, y en el de San Pedro Sula en un técnico en analítica de datos, y recomienda que "el Gobierno también debe comenzar un plan agresivo ante estos nuevos retos".
“El Gobierno debería tener un plan de incentivos para las personas que deseen estudiar estas nuevas carreras. Aunque será necesarias las carrereas de las áreas sociales, debemos dar un giro. Honduras no debe depender sólo de abogados, debemos tener otro tipo profesionales y expertos”, dice.
El informe del WEF señala también que surgirán perfiles en logística, sector en el cual los operadores se convertirán en coordinadores de flotas autónomas, control de calidad; los inspectores evolucionarán a analistas de algoritmos de visión; y en mantenimiento; habrá técnicos expertos en diagnósticos predictivos basados en datos.
Este panorama exige que Honduras actúe con rapidez, pues el sector productivo no tardará en demandar profesionales con una formación sólida en programación de robots, análisis de datos, pensamiento sistémico y creatividad aplicada a entornos industriales. La falta de preparación podría traducirse en una pérdida de competitividad frente a países que ya están dando pasos firmes en esa dirección.
El informe del WEF clasifica a la robótica de próxima generación en tres categorías complementarias. La primera corresponde a la basada en reglas, destinada a tareas repetitivas y de alta precisión. La segunda es la robótica caracterizada por el entrenamiento, que aprende de simulaciones y experiencias reales para adaptarse a entornos variables. La tercera, la más avanzada, es la robótica de contexto, capaz de actuar en escenarios impredecibles mediante modelos de aprendizaje de cero disparos.
En ese contexto, por ejemplo, un robot podría recibir una instrucción verbal para descargar un contenedor y, sin necesidad de haber sido entrenado para esa tarea específica, ejecutar las acciones necesarias: manejar un montacargas, cortar el embalaje y abrir los paquetes. Esto es posible gracias a modelos que integran visión, lenguaje y acción, condición que permite una interacción mucho más fluida con los seres humanos.
Académicos consultados por Diario La Prensa coínciden ncon el WEF en que la adopción de esta tecnología en países como Honduras dependerá en gran medida de la capacidad de su sistema educativo para anticipar la transición. La industria demandará no sólo ingenieros, sino también especialistas en ética de la inteligencia artificial, gestores de riesgos cibernéticos y diseñadores de sistemas híbridos donde humanos y robots trabajen de manera conjunta.
El Foro Económico Mundial enfatiza que las universidades tienen un papel decisivo y una de sus recomendaciones es actualizar los planes de estudio para incluir asignaturas en inteligencia artificial aplicada, robótica industrial, análisis de big data y diseño de procesos digitales. Esta integración permitiría a los estudiantes desarrollar competencias que serán esenciales en la industria del futuro.
Otra recomendación clave es fomentar programas interdisciplinarios que combinen ingeniería, ciencias de la computación, administración y ciencias sociales para formar profesionales no sólo con habilidades técnicas, sino también con la capacidad de comprender los impactos sociales, económicos y éticos de la automatización avanzada.
En términos simples y de manera resumida, Nidia Romero, ingeniera en sistemas y catedrática de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec) en Tegucigalpa, dice que "los estudiantes deben aprender sobre no sólo qué hace la inteligencia artificial, sino cómo funciona, porque la mayor parte de la tecnología funcionará con la IA".
"Tenemos que facilitar la interacción entre humanos y máquinas. Los robots no le quitarán el trabajo a los humanos, lo que sucederá es que sustituiremos una parte de las actividades que hacen los humanos para que las máquinas las realicen, pero siempre habrá un ser humano atrás. En Unitec estamos implementando robótica einteligencia artificial para que los estudiantes desarrollen esosconocimientos y habilidades", dice.