En los espacios que deben ser de aprendizaje se registran hechos violentos que impactan en la vida física y emocional de la comunidad educativa, revela el “Estudio sobre el desplazamiento forzado de docentes e impacto de la violencia generalizada en centros educativos de Honduras”.
El documento realizado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y Save the Children resalta que el 46% de los 3,449 docentes indicaron haber experimentado algún hecho violento dentro o alrededor del centro.
Este alto porcentaje significa que más de 1,580 maestros fueron víctimas o presenciaron en algún momento un hecho de violencia en los centros donde laboran. Entre los principales sucesos están los robos, las amenazas, las lesiones físicas, el acoso sexual y la extorsión.
“Los docentes indicaron que normalmente las amenazas se dan en el marco de una situación relacionada con algún conflicto personal y/o familiar. Los robos suelen acompañarse de intimidación y violencia física”, señala el estudio realizado en 2024.
También se identificaron otros hechos con menor frecuencia, como asesinatos, tentativa de homicidio, discriminación por orientación sexual, despojo o usurpación de la propiedad y discriminación por ser una persona con discapacidad.
Uno de los hechos violentos recientes fue el asesinato de dos estudiantes del Instituto Tecnológico en Administración de Empresas (Intae) en San Pedro Sula, el pasado 25 de julio.
Los cuerpos de los jóvenes identificados como Brayan Josué Núñez Pineda y Luis Eduardo Cardona Miranda, ambos de 17 años, fueron encontrados en un basurero de la colonia sampedrana La Pradera.
Según investigaciones policiales, a los colegiales les quitaron la vida porque los pandilleros creyeron que eran miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) y que andaban haciendo espionaje en el sector, por lo que los privaron de su libertad para llevarlos e irlos a matar al basurero.
“Los centros educativos deben ser espacios de convivencia y armonía, de interacción de la niñez y la juventud, pero la violencia lo que trae es repeler el conocimiento, se debe trabajar en la armonía en los centros para construir una sociedad diferente”, dijo Joel Navarrete, expresidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh).
Para Mario Alas, coordinador del Observatorio Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), la violencia en los centros solo es el reflejo de lo que sucede en el país. “Pese a las mejoras en las estadísticas, Honduras sigue siendo el segundo país más violento de América Latina, esa violencia en todo el tejido social termina impregnando en el sistema educativo”, apuntó.
Otros estudios revelan cómo está la situación de violencia en los centros; de acuerdo al Observatorio de la UPNFM, en uno de cada nueve centros escolares hay presencia de maras y pandillas. Los investigadores de la UPNFM encontraron que alrededor de un tercio de los estudiantes manifestaron sentirse inseguros cuando van de sus casas a los centros escolares.