Daniel Pacheco recordó aquella vez que intentaron asesinarlo en pleno culto; el día cuando abrazó a dos niñas que lloraban la pérdida de su padre, acribillado por involucrarse en el cobro de extorsiones; o cuando logró recuperar una casa donde, tiempo atrás, habían torturado, asesinado y enterrado a una niña en el patio.