Entre hoy y mañana, los siete miembros de la Junta de Dirección Universitaria (JDU) decidirán quién será el nuevo rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah).
Actualmente los académicos guardan silencio confiando en el respeto de la legalidad, la meritocracia y la independencia de los miembros de la JDU; por otro lado, el liderazgo del partido Libertad y Refundación (Libre) con la complacencia de Casa Presidencial presionan por todos lados para que su candidato Odir Fernández sea el que ocupe el cargo de rector.
La decisión que tome la JDU podría venir a potenciar el avance del proceso de transformación del alma máter, o a constituir el empujón para que esta casa de educación superior caiga en manos de los políticos de turno.
El viernes pasado entre los cinco candidatos a la rectoría surgieron líneas académicas, así como renglones de un discurso político.
La primera en exponer fue María Victoria Zelaya, quien destacó un plan 15 objetivos, donde resaltó un seguimiento al informe de resultados de la universidad para saber cuánto se ha avanzado en los aspectos académicos y administrativos. Planteó una mesa de diálogo para conocer las inquietudes de los estudiantes, así como elaborar un manual de puestos de salario del estatuto de los docentes. Destacó la necesidad de retomar los temas de posgrados en todas las unidades académicas, impulsar la vinculación y la investigación científica.
Por su parte, René Antonio Noé Martínez dijo que su primera tarea a considerar es una revisión del plan estratégico institucional y el proyecto operativo anual, así como revisar las metas con el fin de que sean realistas y medibles. La segunda es generar y fomentar un ambiente inclusivo.
“Lastimosamente aquí tenemos una parte política que tiene mucha injerencia y muchas veces nos afecta como institución”, añadió.
El tercer expositor fue Odir Fernández, candidato de Libre, quien criticó parte del trabajo que ha realizado la Unah, así como los planes de estudio de algunas carreras, los convenios que ha firmados sin ningún fruto, exponiendo que buscará establecer en una nueva agenda de desarrollo en el componente de educación y calidad con una visión bastante humanista, incluyente y bastante científica que aporte a la sociedad. Sería un error descartar una prueba de aptitud académica (PAA), lógicamente hay que revisarla para generar parámetros nacionales, para que los estudiantes no dejen de formar parte de la comunidad estudiantil a pesar de que no la aprueben.
La eliminación de la PAA ha sido una demanda de un diputado de Libre, cuya hija, que quería estudiar medicina, no pasó esa evaluación y tuvo que enviarla a una universidad privada.
Señaló que uno de sus grandes retos en materia de gestión académica administrativa es el aumento de la matrícula, también aseveró que hay que generar participación, transparencia, una revisión del Estatuto del Docente, impulsar la tecnología y la inteligencia artificial y atender la crisis financiera del Instituto de Previsión de la Unah
