Un pueblo que durante años ha trabajado en la minería es hoy en día el impulsor del primer proyecto vinícola en la zona occidental de Honduras.
El proyecto, cuya primera fase arrancó en las últimas horas, se desarrollará en el municipio de La Unión, Copán y es impulsado por la comunidad y la Fundación San Andrés, brazo social de la empresa Minerales de Occidente S.A. (Aura Minosa).
Bajo el nombre “Semillas de Esperanza”, el proyecto de viñedo busca beneficiar a las comunidades locales que le apuestan a la producción de vinos de alta calidad en la región occidental del país.
Este proyecto traerá diversos beneficios al municipio, ya que no solo generará empleos en la zona, sino que también contribuirá a la economía local y fortalecerá la frontera exportadora del país.
En ese sentido, Rodrigo Barbosa, CEO de Aura Minerals Inc., detalló que se hará una inversión de 1 millón de dólares en un período entre cuatro y cinco años.
”Es un proyecto piloto para el cual ya se hicieron estudios previos y se parece a un proyecto de la misma naturaleza que tenemos en Brasil. Tenemos condiciones apropiadas como el clima para obtener un vino de alta calidad” detalló Barbosa.
Proyecto vinícola en Copán
El entrevistado añadió que “tenemos convicción que el proyecto es de transformación ya que productores de café de la región pueden pasar a producir vinos de alta calidad para exportación al mundo, generando más empleos en la zona”.
Estudios preliminares que se han realizado en su fase de iniciación indican que las condiciones agroecológicas y climáticas de occidente ofrecen un entorno apropiado para la producción de vinos de alta calidad en Honduras.
El proyecto piloto, que abarcará una hectárea de tierra, contará con aproximadamente 6 mil plantas de vid, incluyendo 10 diferentes variedades de uva mismas que han sido adaptadas en el trópico en Brasil, Chile y Argentina, para la producción de una variedad de vinos tintos y blancos.
”Es una alternativa para la población de la zona. Vamos a trasladar toda la experiencia obtenida en Brasil para que este proyecto en Copán sea exitoso” reafirmó.
Según las proyecciones, se espera una cosecha de entre 3 mil y 4 mil kilogramos de uvas por hectárea, lo que permitirá producir alrededor de 5 mil a 6 mil botellas de vino por hectárea cultivada.
El piloto se desarrollará en dos fases: una fase “investigativa” para determinar la adaptabilidad de las variedades a las condiciones locales y evaluar las características de calidad de los vinos, seguida de una fase de producción industrial que abarcará desde el establecimiento de las plantaciones de uva hasta la producción de vino.
Posterior al proyecto piloto y a la evaluación de las distintas variedades de uvas, se pretende involucrar activamente a la comunidad en la transferencia de conocimientos sobre nuevas tecnologías.
Por su parte, el ministro de Inversiones Miguel Medina afirmó que el proyecto vinícola que arrancó en Copán tiene respaldo del gobierno y esperan que sea igual de exitoso que el emprendido en Brasil por Aura Minerals Inc.
