El sector exportador de Honduras tendrá que adoptar más y nuevas normas internacionales que hoy rigen el 90% del comercio mundial para no quedar excluido de los principales mercados y condenado a un rezago irreversible.
El Informe sobre desarrollo mundial 2025: Normas para el desarrollo, publicado por el Banco Mundial (BM), el 11 de diciembre de 2025, advierte que los estándares técnicos en alimentos, tecnología, medioambiente y manufactura ya no son opcionales, constituyen la nueva barrera de entrada al mundo desarrollado y el principal campo de batalla de la competitividad global.
Esa organización plantea que un nuevo cúmulo de normas internacionales, que van desde nuevo etiquetado de alimentos hasta especificaciones de redes de telefonía móvil 5G, están reconfigurando el orden económico mundial que implica inevitablemente el comercio exterior de los países.
“Para los países de ingresos bajos y medios, las normas nunca han sido tan importantes. Casi el 90% del comercio mundial está ahora determinado por medidas no arancelarias, la mayoría vinculadas a las normas”, dice el informe.
De acuerdo con el documento, “desde los sistemas digitales de pago hasta las estaciones de carga para vehículos eléctricos, las nuevas tecnologías pueden generar beneficios para toda la economía solo cuando existen normas. Dominarlas puede mejorar la competitividad nacional y proteger contra riesgos tecnológicos, financieros y ambientales”
Para Honduras, dependiente de exportaciones agrícolas como bananos y café, ignorar estas reglas podría bloquear en el futuro el acceso a mercados clave en Europa y Estados Unidos, donde las nuevas normas se convierte en requisito indispensable.
Muchos países en desarrollo participan en menos de un tercio de los comités técnicos de la Organización Internacional de Normalización (ISO), debido a limitaciones en recursos y experiencia, de acuerdo con el documento. Esto condición genera un círculo vicioso, pues sin voz en la creación de normas, las economías de países en vía de desarrollo, como la hondureña, quedan expuestas a estándares ajenos que no consideran sus realidades, como climas tropicales o cadenas de suministro informales.
El informe destaca que más de la mitad de los 20,000 estándares ISO emitidos en siete décadas surgen desde el año 2000, con 7,000 solo en 2024, lo que acelera la brecha para países en desarrollo, como Honduras.
Para contrarrestar este escenario, el Banco Mundial propone un marco progresivo llamado adaptar-alinear-autorizar, diseñado para etapas variadas de desarrollo. Este enfoque transforma las normas de obstáculo en trampolín para el crecimiento, fomentando la productividad de empresas, la creación de empleos y la reducción de la pobreza.
El informe advierte que la adopción de normas es rentable para las empresas que buscan mantenerse en el mercado internacional, pero los costos y la incertidumbre ralentizan su difusión.
“Obtener la certificación de cumplimiento puede costar hasta $425,000 por empresa en países en desarrollo, incluyendo pruebas e inversiones complementarias. Ampliar la capacidad nacional de auditoría y pruebas es esencial”, dice el informe.
Aunque no lo establece el informe del BM, las empresas exporten mangos a Estados Unidos tendrán que cumplir con la Norma Final de Trazabilidad de la Administración de Alimentos y Medicamentos (conocida coo FDA, por sus siglas en inglés) antes del 20 de julio de 2028.