Una de las situaciones que mayor preocupación genera en los grupos étnicos hondureños es la aculturación que están viviendo sus comunidades. Dada esta circunstancia, la clase de Lenguas Indígenas y Caribes de Honduras de la Carrera de Letras en la UNAH-VS organizó el conversatorio “Discriminación y violencia a la identidad étnica: lengua, cultura y sociedad” con el propósito de enriquecer el conocimiento sobre aspectos culturales y lingüísticos, así como la criminalización o violencia a la identidad étnica, específicamente de la comunidad garífuna y misquita.
Se contó con la presencia de personajes destacados en estos grupos étnicos. Por parte de la comunidad garífuna se presentó el presidente de la Asociación de Afroamericanos en el Valle de Sula Humberto Castillo, así como la secretaria Cirila Suazo y el Coordinador del Departamento de Sociales de la Unah-vs, el Lic. Elías Darío Castro. Los misquitos estuvieron representados por la Abog. Carlen Castillo.
La disertación de los invitados comenzó haciendo énfasis en las múltiples carencias de la sociedad hondureña en general que toma mayor fuerza al penetrar en las comunidades étnicas. Esto conlleva a una lucha desigual, ya que el hecho de ser indígena representa una imagen de inferioridad.
Una realidad que los menosprecia y a veces los considera inútiles e incapaces. El Lic. Darío Castro narró su testimonio acerca de la discriminación que sufrió en sus inicios por lo que consideró que jamás creyó ocupar un puesto de dirección en una institución tan importante.
Castillo lamentó que no haya garífunas que los representen en el poder; si bien existen algunas personalidades garífunas en puestos importantes, no se ha logrado mucho. Lo que planteaba Castillo es la imposibilidad de mejorar su situación, ya que para lo único que son tomados en cuenta como buenos ejecutores es “para jugar y bailar”.
La representante misquita habló sobre la educación y las dificultades que atraviesan al estar desconectados del resto del país. Eso también se traslada al ámbito educativo con un retraso considerable sumado a las condiciones precarias del sistema.
La Lic. Suazo mencionó que se ha sentido menospreciada por ser garífuna. Ser indígena es un castigo, eso les pasa factura aparte del error cometido, hay que sumarle su pertenencia a una etnia.
En general, todos concluyeron con el mismo pensamiento: no existe un desarrollo en la educación que beneficie a la comunidad étnica, la situación subdesarrollada aun en los mestizos es un problema de país que surge con mayor fuerza en sus comunidades.
Ante la invasión de la lengua española en estas comunidades como un peligro latente dijeron sentirse esperanzados; aunque en las comunidades garífunas ya no haya hablantes monolingües consideran que su lengua se verá fortalecida de manera sustancial a través del tiempo, ya que el garífuna lleva su identidad y cultura inherente a la lengua.
Los misquitos arguyen que la única manera para salir adelante es enfrentar la realidad, a veces sintiéndose perdidos al salir de su zona de confort y encontrarse con desafíos, pero la única forma de superarse es emigrando hacia las ciudades importantes del país, pero muchos de ellos no regresan a su sitios de origen
