Los facilitadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reanudaron la segunda etapa del diálogo nacional con los jóvenes indignados y los representantes de los partidos de oposición.
Las reuniones iniciaron muy temprano con desayuno de trabajo con los miembros de la comisión de facilitadores y a las nueve de la mañana recibieron a los representantes de los jóvenes indignados Paul Zepeda, Miguel Briceño y Marcela Ortega.
Los indignados reiteraron a los facilitadores de la OEA y de la ONU John Biehl y Alejandro Bendaña, respectivamente, su planteamiento de que se instale en el país una Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicih).
Al cabo del encuentro, Paul Zepeda dijo que el movimiento no claudicara en la lucha para que se instale en Honduras una Cicih y “seguiremos los caminos pertinentes para buscar que se cumpla este cometido”.
El joven dirigente reconoció que la instalación de la Cici en Honduras depende de la voluntad del presidente Juan Orlando Hernández, a quien exhortó a dar una respuesta a la sociedad hondureña sobre este tema para superar la crisis social que vive el país.
La reunión se celebró en la sede de la OEA, pero posteriormente los facilitadores se trasladaron a la residencia del expresidente Manuel Zelaya Rosales, quien por motivos de salud no pudo desplazarse hasta el lugar.
En horas de la tarde, los altos representantes internacionales se entrevistaron con el presidente de Partido Anticorrupción (PAC), Salvador Nasralla, y con la presidenta del Comité Central del Partido Nacional (Ccpn) Gladys Aurora López
Biehl, Bendaña y los restantes miembros de la comitiva internacional permanecerán en el país hasta el 12 de septiembre próximo, tiempo durante el cual se entrevistarán con los diferentes actores políticos del país.
El diálogo nacional es una iniciativa convocada por el Gobierno de la República para buscar acuerdos que permitan encontrar mecanismo para poner fin a la galopante corrupción e impunidad que afecta a Honduras.
Facilitadores de la OEA y de la ONU junto a los jóvenes indignados.
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