La comunidad hondureña amparada por el Estatus de Protección Temporal (TPS) enfrenta un momento decisivo este martes 29 de julio, cuando la Corte Federal del Distrito Norte de California, en San Francisco, celebre una audiencia clave para definir si se otorga una prórroga que les permita seguir viviendo legalmente en Estados Unidos.
La audiencia está programada para las 2:00 de la tarde, hora local de San Francisco (3:00 p. m. en Honduras), y evaluará una demanda presentada por la Alianza Nacional del TPS contra el gobierno estadounidense, luego de la cancelación del estatus para Honduras, Nicaragua y Nepal anunciada el 7 de julio por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Juan Flores, presidente de la Fundación 15 de Septiembre, expresó que las expectativas son altas.
“Son muy esperanzadoras. Esperamos que mañana sea igual que en los casos de Haití y Venezuela, donde los fallos han sido favorables. Por eso nos hemos movilizado desde Miami hasta San Francisco para estar presentes. Es un día histórico e importante para los tepesianos hondureños, nicaragüenses y nepalíes, y para respaldar a toda la comunidad migrante”, dijo.
Flores explicó que los beneficiarios del TPS viven con incertidumbre ante la proximidad del vencimiento de la medida.
“Estamos con el agua hasta el cuello, a 30 días de que finaliza el TPS y sin una respuesta clara. Esperamos que la Corte otorgue una prórroga de seis meses, ya que la cancelación fue notificada apenas dos meses antes de su vencimiento, sin respetar los plazos habituales”, indicó.
El líder migrante reconoció que, aunque una prórroga no sería una solución definitiva, representaría un alivio para la comunidad.
“Ya eso nos daría un respiro para buscar alternativas y ver cómo se recupera este TPS. Incluso se han discutido caminos diplomáticos. Una de las opciones que se habló en una reunión en Miami es que Honduras tenga un nuevo gobierno que pueda renegociar el TPS con Estados Unidos”, agregó.
La situación también ha generado un fuerte sentimiento de abandono entre los hondureños en el exterior.
“Están muy consternados, muy resentidos con el gobierno de Honduras. Se siente un total abandono. La mayoría sobrepasa la tercera edad, se han sacrificado mucho en este país y quedar en el limbo no es fácil para ellos”, lamentó Flores.
El impacto del posible fin del TPS se extiende a las familias, especialmente a los más de 60,000 niños y jóvenes de origen hondureño nacidos en Estados Unidos, quienes enfrentan consecuencias psicológicas por la incertidumbre migratoria de sus padres.
Mientras esperan el fallo del juez Thompson, la comunidad tepesiana permanece movilizada y unida, con la esperanza de que la justicia les conceda un nuevo respiro para seguir luchando por una solución permanente.
