El cansancio o fatiga es un estado de falta de energía, agotamiento o debilidad, que puede percibirse física, mental o emocionalmente. Normalmente se debe a actividades extenuantes o estrés, pero cuando es consistente o severo, puede ser un síntoma de una condición médica subyacente.
El cansancio sin razón es un síntoma común, pero hay algunos casos donde los expertos aconsejan estar alertas. El médico interno y endocrinólogo Javier Girón, contesta algunas preguntas habituales sobre el cansancio, desde el punto de vista médico, enfocado en el sistema endocrino y holístico.

1. ¿En qué momento el cansancio deja de ser “normal” y se convierte en una señal de alerta médica?
El cansancio es “normal” tras esfuerzos físicos, estrés, falta de sueño o jornadas prolongadas. Sin embargo, se convierte en motivo de alerta médica cuando: • Persiste más de 2 semanas sin causa aparente. • No mejora con el descanso. • Interfiere con la vida diaria (trabajo, relaciones, funciones básicas). • Se asocia a otros síntomas como pérdida de peso, fiebre, dolores musculares, alteraciones del sueño o cambios en el estado de ánimo.
2. ¿Cuáles son las enfermedades más comunes que pueden manifestarse inicialmente con fatiga constante?
Las causas médicas más frecuentes de fatiga persistente incluyen: • Anemia (por déficit de hierro, vitamina B12 o enfermedades crónicas). • Hipotiroidismo. • Diabetes mellitus tipo 2 (fatiga por hiperglucemia o hipoglucemia). • Síndrome de apnea del sueño. • Insuficiencia cardíaca o renal. • Depresión o ansiedad. • Cáncer (especialmente hematológicos o metastásicos). • Mononucleosis u otras infecciones crónicas (como VIH, hepatitis B o C).
3. ¿Cómo influyen el hipotiroidismo, la anemia y la diabetes en los niveles de energía?
• Hipotiroidismo: Disminuye el metabolismo basal; esto ralentiza funciones corporales, causa somnolencia, lentitud mental y fatiga. • Anemia: La reducción de hemoglobina limita la oxigenación tisular, lo que produce cansancio muscular y mental. • Diabetes mellitus: La hiperglucemia mal controlada interfiere con la utilización eficiente de la glucosa como fuente de energía, y además, las fluctuaciones glucémicas generan sensación constante de agotamiento.
4. ¿Qué estudios clínicos suele recomendar cuando un paciente se queja de agotamiento sin causa aparente?
Los estudios básicos que se indican comúnmente incluyen: • Hemograma completo (para anemia, infecciones). • Perfil tiroideo (TSH, T4 libre). • Glucosa en ayunas o HbA1c. • Función renal y hepática. • Ionograma y vitamina B12. • Serología para infecciones crónicas (VHB, VHC, VIH según contexto). • Evaluación del sueño si hay sospecha de apnea. • Cuestionarios psicológicos para descartar depresión o ansiedad.
5. ¿Qué hábitos recomienda para prevenir o manejar el cansancio crónico de origen no patológico?
• Higiene del sueño: Dormir al menos 7–9 horas, evitar pantallas antes de dormir. • Actividad física regular: Ejercicio aeróbico moderado 30 min/día. • Alimentación balanceada: Evitar comidas ultra procesadas, priorizar alimentos ricos en hierro, proteínas, omega-3. • Hidratación adecuada. • Gestión del estrés: Técnicas de relajación, meditación, evitar sobrecarga laboral. • Evitar alcohol y tabaco.
Enfoque psicológico
Por otro lado, la máster en psicología, Daniela Barahona, responde algunas consultas sobre la relación entre la fatiga y la salud mental, desde las emociones y padecimientos hasta las terapias o tratamientos que pueden funcionar en quienes la sufren a raíz de problemas psicológicos.

6. ¿Qué papel juegan el estrés, la ansiedad o la depresión en la sensación de cansancio extremo?
El cansancio extremo es mucho más que una simple falta de sueño. A menudo, es el grito silencioso de nuestra mente y emociones. El estrés crónico nos mantiene en un estado de alerta constante, agotando nuestras reservas de energía como un teléfono con demasiadas aplicaciones abiertas.
La ansiedad nos arrastra a un ciclo de preocupación y tensión muscular que consume una cantidad asombrosa de energía sin que nos demos cuenta. Y la depresión, bueno, ella es la maestra del agotamiento; no solo drena nuestra motivación y alegría, sino que altera procesos químicos en el cerebro que regulan el sueño y la energía, dejándonos sintiendo un peso inmenso que nos impide levantarnos, incluso después de dormir lo suficiente.
7. ¿Cómo distinguir entre un agotamiento físico y uno emocional o psicológico?
Distinguir entre agotamiento físico y emocional es crucial para abordarlo correctamente. Piense en esto: si es cansancio físico, después de un buen descanso o un fin de semana de relax, usted debería sentirse recargado, listo para retomar sus actividades. Es un cansancio que se 'arregla' con descanso. Sin embargo, el agotamiento emocional o psicológico es diferente. Es esa sensación de estar exhausto incluso después de haber dormido diez horas. Es cuando el cansancio persiste aunque no haya realizado un gran esfuerzo físico.
Se manifiesta como una pesadez mental, dificultad para concentrarse, irritabilidad, falta de motivación, y a menudo, una sensación de desesperanza. Es un cansancio que el sueño no logra disipar, porque la causa no está en el cuerpo, sino en la carga emocional y mental que estamos arrastrando.
8. ¿Es común que las personas no reconozcan que el cansancio que sienten tiene origen en su salud mental?
Sí, es muy común que las personas no conecten su cansancio con la salud mental, y hay varias razones para ello. Primero, en nuestra sociedad, estamos acostumbrados a atribuir el cansancio a lo físico: 'Trabajé mucho', 'dormí poco', 'estoy viejo'. La mente es a menudo la última en ser considerada. Segundo, la salud mental aún carga con cierto estigma. A veces, es más fácil decir 'estoy cansado' que 'estoy abrumado, ansioso o deprimido'. Y tercero, los síntomas del agotamiento mental pueden ser tan difusos al principio que los normalizamos, pensando que 'así es la vida adulta'.
Es fundamental educar a la gente para que entienda que el cansancio persistente puede ser una bandera roja de nuestro bienestar emocional.
9. ¿Qué señales deberían motivar a una persona a buscar ayuda psicológica cuando siente fatiga persistente?
Si el cansancio persiste y empieza a invadir su vida, es una clara señal de que necesita buscar apoyo. Aquí hay algunas señales clave: • El descanso no lo alivia: Si duerme bien, pero se levanta más cansado de lo que se acostó. • Impacta su vida diaria: Si el cansancio le impide disfrutar de actividades que antes le gustaban, afecta su rendimiento laboral o estudiantil, o deteriora sus relaciones.
• Se acompaña de otros síntomas: Si junto al cansancio siente irritabilidad constante, tristeza profunda, falta de interés, dificultad para concentrarse, problemas de memoria, cambios en el apetito o el sueño, o incluso dolores físicos inexplicables. • Sentimientos de desesperanza: Si el cansancio viene con una sensación de que 'nada va a mejorar' o que 'no hay salida'.
No espere a estar completamente colapsado. Buscar ayuda temprana es un acto de valentía y autocuidado.
10. ¿Qué tipos de tratamientos o terapias se recomiendan en estos casos y qué tan efectivos suelen ser?
Para el cansancio con origen en la salud mental, los tratamientos son altamente efectivos y se enfocan en abordar la raíz del problema. Las principales recomendaciones incluyen: • Terapia Psicológica: La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es muy recomendada porque ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos que contribuyen al estrés, la ansiedad y la depresión.
También otras terapias como la terapia de aceptación y compromiso (ACT) pueden ser muy útiles. Aquí se le brindan herramientas prácticas para manejar sus emociones, establecer límites y recuperar su energía. • Manejo del Estrés: Aprender técnicas de relajación, mindfulness (atención plena) y gestión del tiempo para reducir la sobrecarga mental. • Cambios en el estilo de vida: Un psicólogo puede guiarle en la implementación de hábitos saludables como una nutrición balanceada, ejercicio regular (que, irónicamente, puede ayudar a combatir el cansancio), y una buena higiene del sueño.
• Medicación (si es necesario): En algunos casos, especialmente si hay depresión o ansiedad severa, el psicólogo puede trabajar en conjunto con un médico o psiquiatra para considerar si la medicación antidepresiva o ansiolítica es apropiada para ayudar a regular los químicos cerebrales y aliviar los síntomas.
La efectividad de estos tratamientos es muy alta cuando la persona se compromete con el proceso. Es un viaje de autodescubrimiento y sanación, donde recuperamos no solo nuestra energía física, sino nuestra claridad mental, alegría y ganas de vivir.