El mayor aumento en la partida presupuestaria, de acuerdo al plan presentado la semana pasada por la Secretaría de Finanzas, se destinará para los programas sociales.
Liliana Castillo, presidenta del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), analiza sobre los efectos de inyectar parte del presupuesto nacional a ese sector y las acciones que debe tomar el Gobierno para mejorar los niveles de inversión extranjera directa (IED).
El monto de deuda es muy superior al que teníamos antes que nos condonaran. El presupuesto se financia con bonos soberanos y al final se hará insostenible.
Oscilan alrededor de L20 mil millones para este año, que es similar al monto que se percibió durante el año pasado. Es decir, nunca son suficientes los ingresos para cubrir el monto que se obtiene y cada vez hay nuevas contrataciones de deuda y no es para proyectos de infraestructura, que es lo que demanda el país, sino para programas sociales. Estos no son negativos, pero son difíciles de darles seguimiento y medir su impacto, si están reduciendo la pobreza o no. La gente necesita un ingreso fijo.
La parte que están ajustando es de las instituciones descentralizadas y al final sigue saliendo de la misma administración central, que aunque reporte un superávit en las finanzas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Hondutel), todos los años anteriores han generado deudas que el Gobierno ha tenido que subsanar sacrificando a las instituciones descentralizadas.
Se trata de confianza. La inversión nacional o extranjera no viene por la incertidumbre en que está el país. Así que la cuestión es solucionar este conflicto en que estamos inmersos y generar la confianza que se requiere, porque sino existe este factor entre los agentes económicos, la inversión no va a venir. La IED se ha estancado en un nivel de $1,000 millones.