La Semana de la Moda de Nueva York inició con una nota de distinción gracias a Ralph Lauren, quien adelantó unas horas su desfile para presentar la colección Primavera 2026. El diseñador estadounidense, ícono de la moda global, apostó por una estética “minimalista con un toque de suavidad”, marcando el tono de una temporada que promete equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo.
La pasarela se llenó de siluetas limpias, tejidos ligeros y una paleta dominada por tonos neutros: beige, blanco hueso y suaves dorados. Cada prenda transmitió serenidad, elegancia y funcionalidad, en una propuesta que reafirma el legado de Lauren como maestro del estilo atemporal.
El evento alcanzó un momento especialmente emotivo con la aparición de Ralph Lauren junto a su esposa, Ricky Lauren, musa y compañera de vida. A sus 85 y 82 años respectivamente, la pareja salió al final del desfile con una elegancia que conmovió a los asistentes. Su presencia fue más que simbólica: un homenaje a una historia de amor y creatividad compartida que ha influido profundamente en el universo de la moda.
Ralph y Ricky se conocieron en 1964 y se casaron apenas seis meses después. Desde entonces, han construido juntos un imperio que trasciende la moda. Ricky, además de ser inspiración constante para el diseñador, ha desarrollado una carrera destacada como autora, artista y fotógrafa, aportando sensibilidad y profundidad al universo Lauren.
La colección Primavera 2026 se presentó como una celebración de la simplicidad sofisticada. Vestidos fluidos, trajes monocromáticos y detalles sutiles —como cinturones finos y sandalias de cuero natural— dominaron la escena. La propuesta se aleja del exceso y abraza una estética que privilegia la calidad, la forma y la esencia.
Más allá de las prendas, el desfile fue una declaración de principios. Ralph Lauren reafirmó su compromiso con una moda que no busca impresionar por lo efímero, sino por lo duradero. En tiempos de consumo acelerado, su visión se percibe como un llamado a la pausa, al buen gusto y a la autenticidad.
La ambientación del desfile también reflejó esta filosofía: un espacio íntimo, cálido, sin artificios, donde la atención se centró en los detalles y en la experiencia. La música suave, la iluminación tenue y la cercanía con el público crearon una atmósfera de conexión y contemplación.
Entre los asistentes se encontraban figuras clave del mundo de la moda: editores, celebridades y críticos que coincidieron en que Ralph Lauren sigue siendo un referente indiscutible. Su capacidad para reinventarse sin perder su esencia es una lección para las nuevas generaciones de diseñadores.
La Semana de la Moda apenas comienza, pero Ralph Lauren ya dejó una huella imborrable. Su desfile no solo inauguró la temporada, sino que también recordó al mundo que la moda puede ser un acto de amor, de memoria y de elegancia consciente.
Con esta presentación, Ralph y Ricky Lauren celebraron no solo una nueva colección, sino también una vida compartida de creatividad, respeto y belleza. Su historia, como su estilo, sigue inspirando a generaciones dentro y fuera de las pasarelas.
