La Policía desmanteló ayer un sistema de videovigilancia que era utilizado por la Pandilla 18 para coordinar actividades delictivas y mantener control territorial en el sureste de esta ciudad.
Durante las operaciones, ejecutadas por equipos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) en las colonias Reparto Lempira y La Pradera, fueron retiradas 26 cámaras de videovigilancia de distintos rangos y alcances, las cuales estaban colocadas estratégicamente en puntos clave de las principales calles de ambas localidades.
Rolando Ponce Canales, comisionado y jefe policial en San Pedro Sula, informó que “este decomiso implica un duro golpe a la criminalidad y en especial a la Pandilla 18 a quien se presume pertenecía este sistema de vigilancia. Es de señalar que estas cámaras son de alta tecnología y de diferentes capacidades de alcance”.
El jefe policial detalló que las cámaras estaban instaladas desde la entrada del sector Satélite hasta las colonias La Pradera y Reparto Lempira. La mayoría se encontraba fijada en postes del tendido eléctrico, pero también en algunas viviendas.
“Las cámaras que de acuerdo con investigaciones de la DPI, pertenecen a la Pandilla 18, monitoreaban el actuar de toda la población. El estar en lugares estratégicos, le permitía a este grupo vigilar los movimientos de nuestros agentes policiales y militares a fin de poder esquivarlos y no ser detectados. De esa forma circulaban y pasaban desapercibidos al momento que se desplazaban a realizar acciones delictivas”, explicó Ponce Canales.
Añadió que el trabajo de seguimiento en la zona ha permitido detectar a varios miembros de esta estructura criminal, y que en los próximos días esperan contar con órdenes de captura para proceder a su detención y presentarlos ante los juzgados.
Alta tecnología
Técnicos de la DPI que participaron en la operación informaron que las cámaras contaban con características tecnológicas avanzadas, ya que algunas funcionaban con alimentación eléctrica independiente, lo que les permitía operar incluso durante cortes de energía. Explicaron que algunas unidades rondan los 3,500 lempiras cada una y están conectadas a sistemas móviles que permiten monitoreo en tiempo real desde cualquier parte del mundo. Se estima que el costo total de las 26 cámaras desmanteladas ronda los 40,000 lempiras.
Agentes de investigación detallaron que, según las indagaciones, estos dispositivos formaban parte de los sistemas clandestinos utilizados por la Pandilla 18 para monitorear el movimiento de las autoridades, alertar sobre presencia policial y proteger sus operaciones ilícitas como la extorsión y el tráfico de drogas.