TEGUCIGALPA. Cuatro balazos en la espalda y en el pecho terminaron con la vida de un guardia de seguridad en el parqueo de una tienda en la entrada a la Residencial Honduras, a inmediaciones del anillo periférico de la capital.
El criminal se transportaba en una motocicleta, de la que se bajó y se aproximó hasta donde estaba el celador, y cuando este caminaba con dirección a la entrada principal del negocio lo atacó.
Al escuchar las detonaciones, José Fernando Valladares Gradis (de 61 años) sacó su arma, pero no logró dispararla y cayó de espalda al piso.
El delincuente lo despojó del arma y luego se subió a la moto y se fue, según se ve en videos de cámaras de seguridad que circularon ayer en redes sociales.
Con el afán de salvarle la vida, los empleados de la tienda lo trasladaron al Hospital Escuela, pero murió.
Equipos del departamento de Balística de la DPI llegaron a la escena del crimen y uno de los agentes dijo que el objetivo era despojar al guardia del arma de fuego que portaba, pues al lograr quitarle la pistola, el delincuente no intentó ingresar a la tienda, donde estaban los empleados listos para atender a los clientes. El hecho ocurrió a las 7:25 am.
Compañeros de trabajo comentaron que José Fernando Valladares Gradis tenía varios años de trabajar en la tienda como guardia de seguridad.
