Tegucigalpa, Honduras.
Doña Ana Uclés no quería darle el último adiós a su pequeño Ángel Reiniery. “¡Ayyy papi, le quiero dar un beso!”, exclamaba en medio del dolor.
Los restos mortales del niño, quien cumpliría nueve años el 11 de abril, fueron sepultados ayer a las 11:30 am en el cementerio San Miguel Arcángel de esta ciudad.
“Yo lo tenía que cuidar y no lo cuidé”, repetía en medio de su angustia y su llanto la hermana menor del niño, oriundo de la capital.
Ángel Reiniery Rodríguez Uclés perdió la vida en un accidente fatal ocurrido la noche del domingo 24 de febrero, en el kilómetro 144 de la carretera CA-5, en las cercanías del Lago de Yojoa.
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Junto al niño también murieron su tía Lury Lizeth Rodríguez Salgado (de 52 años) y el esposo de esta, Luis Alonso Burgos Posada (de 66 ). En el carro que viajaban iba a bordo Axel Burgos Rodríguez, hijo del matrimonio, pero él logró sobrevivir y solo tuvo golpes menores.
A unos 100 metros de la morada final de Ángel Reiniery, otra escena de dolor se levantó en ese camposanto.
Los féretros de la maestra de generaciones del Instituto Central Vicente Cáceres, Lury Rodríguez y del ingeniero Luis Burgos eran contemplados por decenas de docentes, compañeros de la catedrática y muchos de sus familiares.
“El viernes nos encontramos unos minutos después del recreo e hicimos unos comentarios sobre el sistema educativo y sobre el deseo que tenía de jubilarse porque ya se sentía agotada físicamente”, contó Claudia Mejía, maestra de matemáticas en el Central.
Alejandro McCarthy, director del Central, recordó que “la vimos el viernes por última vez cuando vino a dar sus clases”
Prófugo está el conductor que provocó el accidente y dejó tres muertos.
