Durante 11 días solo la miró. No podía hablarle. Su voz se quebraba al intentarlo. El martes 26 de junio por fin se armó de valor y le habló. Su hija pareció escucharla y levantó la mano derecha.
-Te estamos esperando, te queremos mucho-, fueron las primeras palabras, que pudo decirle Lourdes Josefina Enamorado a su pequeña de 14 años.
Sentada en una silla plástica, en la sala de espera del hospital Mario Rivas, donde lleva 13 días en vigilia, nos relata el peor episodio de su vida.
Fue el sábado 16 de junio cuando Lourdes Josefina y sus dos hijas prepararon maletas. Empacaron sonrisas y muchos planes. En sus mentes, un camino de interminables conversaciones les esperaba. Su destino eran las cristalinas playas de Tela. Ahí se reunirían con sus parientes para pasar juntos el fin de semana.
Salieron cerca de la una de la tarde. Sonaba la canción “nossa, nossa, assim você me mata, ai se eu te pego, ai ai se eu te pego”, de Michel Teló, el cantante favorito de la menor que está en coma.
Ella se sabe todas sus canciones y la han inspirado a estudiar portugués. Su sueño es estudiar ingeniería civil y tener un novio en Brasil. Justo cuando se conducían a altura del desvío de Coowle en San Manuel, en la carretera que de San Pedro Sula conduce a El Progreso, el vehículo se averió.
-Amores, nos vamos a detener aquí, esperaremos que venga el mecánico-, le dijo a sus pequeñas de 14 y 13 años.
Encendió las intermitentes y bajó los vidrios de la camioneta. La afectada iba a su derecha y su otra hija atrás.
“Mi hija que está herida dejó el vidrio cerrado porque está malo, la otra lo bajó un poco porque le daba el sol”, recuerda Lourdes mientras las lágrimas resbalan por sus gruesas mejillas.
Por momentos pareciera que su mente vagara. No es para menos. Disfrutaban de una crema de cacahuate con galleta mientras planificaban la celebración de los tan esperados 15 años de la niña que resultó herida.
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