“Le pido a Dios que me regrese a mi gorda, no me moveré de este hospital hasta verla salir caminando”, expresó visiblemente afectada Lourdes Enamorado, madre de la pequeña de 14 años que resultó herida el sábado pasado cuando supuestamente un grupo de invasores le disparó a mansalva.
El vehículo en el que se transportaba la menor junto a su hermana (13) y la madre de ambas
tuvo fallas mecánicas y quedó varado en la carretera que va entre San Pedro Sula y El Progreso, Yoro. El hecho ocurrió alrededor de las 2:00 pm. Tenían media hora de estar en el lugar esperando que llegaran a auxiliarlas, cuando de repente comenzaron las detonaciones.
“No dirigíamos hacia Tela, y al llegar a la altura del desvío de Coowle en San Manuel el carro se apagó, hice varias veces el intento de prenderlo pero no puede, llamé por ayuda y mientras esperábamos nos pusimos a platicar sobre los preparativos para el cumpleaños de mi gorda, ya que el 14 de septiembre cumple 15, y quería que le hiciera una fiesta. De pronto se escucharon los disparos y no pudimos reaccionar”.
Para Lourdes recordar ese momento en el que la irresponsabilidad de unos individuos casi le arrebata la vida a su hija es difícil. La menor quedó tendida en el asiento del piloto, luego de que se le incrustara una de las balas en la cabeza.
“Mi hija menor me dijo, ‘mami hirieron a mi hermanita’, cuando la miré a ella solo dobló su cabecita y cerró sus ojos, me desesperé y por la impresión del momento me desmayé en varias ocasiones y cada vez que volvía en sí y miraba a mi nena ensangrentada, volvía a desvanecerme. La niña de 13 tuvo que hacerse cargo de la situación”, relató.
Unos segundos después un ciudadano auxilió a la mujer y a sus hijas llevándolas al hospital de El Progreso donde le brindaron primeros auxilios y luego fue trasladada al hospital Mario Rivas donde ha permanecido internada desde entonces.
La menor sobrevive
a través de un respirador artificial, su pronóstico es reservado desde el sábado que fue intervenida para sacar la bala que aún tiene alojada en su cabeza entró en estado de coma.
“Me han dicho que no hay muchas esperanzas, pero sé que se levantará, cuando le habló las lágrimas corren por su rostro, sé que me escucha y que está luchando por vivir”, narró.
En los ojos de Lourdes se ve el sufrimiento que esta situación le causa, lleva varios días sin comer y sin dormir.
Una sonrisa casi forzada por el recuerdo se dibuja en su rostro al contar que su pequeña siempre ha sido una niña alegre y muy amigable. “Mi gorda siempre ha sido muy estudiosa, y siempre está sonriendo, es la luz de mi hogar, su mayor sueño es ser ingeniero civil”.
Solidaridad
Los compañeros de la pequeña que cursa el tercer año de plan básico en el IDEC
(Instituto Departamental Evangélico Centroamericano) realizaron ayer una actividad para recaudar fondos y contribuir en la recuperación de su amada amiga.
“Estamos vendiendo unas paletas de forma simbólica, los niños dan cinco lempiras por el dulce o más, eso depende del aporte que ellos quieran hacer”, declaró Yasmira de Arita, consejera del centro.
Agregó que se realizarán más actividades para ayudar con los gastos que la madre tiene con la compra de algunos medicamentos.
La meta es recaudar alrededor de 5,000 mil lempiras, más la contribución de los padres de familia que se han solidarizado con la causa.
“Los niños tienen un gran corazón, como institución tratamos de inculcarle a ellos lo importante de ayudar a sus semejantes”.
La docente recordó a la niña como una estudiante ejemplar, amigable y sobreprotectora con su hermanita, quien tiene un problema en el corazón.
En la puerta de cada salón se colocaron listones rosados, y entre cada clase los alumnos dirigidos por los maestros hacen oraciones para pedir por la salud de su compañerita.