El tiempo avanza y crece el temor de que la pelea por la tenencia de tierras originada por las invasiones de terrenos de siembra de caña en Coowle, San Manuel, Cortés, desde abril pasado cree anarquía en el país y llegue a ser un problema tan violento y complejo como el que se ha tenido desde 2009 en el Bajo Aguán.
Juan Ramón Martínez, analista político que fue director del INA (Instituto Nacional Agrario), declaró que el Gobierno debe ser firme al actuar.
“Es necesario extraer las lecciones obtenidas en el Bajo Aguán. La primera es que se debe actuar con mayor rigor en la aplicación de la ley. En segundo lugar hay que demostrarle a la gente que no existe posibilidad de arreglo entre los dueños de las tierras, los invasores y las autoridades si no es en el marco estricto de la ley.
Como tercer punto hay que dejar claro que las invasiones de tierras son ilegales y, como cuarto elemento, el Gobierno debe ser categórico, no dar esperanza a ningún grupo de que los problemas agrarios, reales o inventados, se resuelven saltándose las leyes, porque si el Gobierno lo permite, el problema se le va a ir de las manos”, afirmó el analista.
Pasividad peligrosa
El exdirector del INA manifestó que los miembros del Estado deben hacer cumplir las leyes antes de que sea demasiado tarde.
“Si el Gobierno se comporta como lo hizo en el Bajo Aguán y empieza a trabajar más en complacer a la comunidad internacional que en proteger los intereses nacionales, aquí seguirá disminuyendo la inversión nacional y se impedirá el crecimiento de la inversión extranjera en Honduras, crecerán el desempleo y la pobreza. En pocas palabras, el Gobierno, en vez de ayudarnos a salir de la crisis, va a ayudarnos a fomentar la inestabilidad, con lo que se terminará por comprometer la gobernabilidad del país”, indicó Martínez.
Óscar Galeano, expresidente del Cohep (Consejo Hondureño de la Empresa Privada), declaró que las autoridades gubernamentales necesitan ser más decididas para resolver el conflicto agrario en San Manuel, donde los productores de caña han sido afectados por las constantes invasiones y tomas de tierra de grupos armados.
“Vemos que este problema de las invasiones en el Valle de Sula, lejos de disminuir, se está volviendo más complicado. Eso está trayendo inestabilidad en la región y mucha preocupación porque ya tiene mucho tiempo de estar sucediendo y, en vez de buscar una solución, lo que vemos es nada más medidas paliativas, que solo prolongan el conflicto. Todo esto en algún momento podría derivar en una confrontación que todos lamentarán”, finalizó.
