San Pedro Sula
Dormir es una necesidad fisiológica, en la que el organismo, y particularmente el cerebro, aprovecha para recuperarse de la actividad diurna; sin embargo, los hondureños no duermen bien, afectando su desempeño.
Arnold Thomson, neurólogo del hospital Mario Catarino Rivas y docente universitario, dijo a LA PRENSA que el hondureño tiene mal hábito de sueño, generado principalmente por jornadas de trabajo, malos hábitos, uso de dispositivos electrónicos, entre otros.
Las consecuencias son serias en la salud por la falta de descanso; entre ellas, hipertensión arterial, aparición de trastornos metabólicos y alteraciones psiquiátricas. En promedio, el tiempo de dormir del hondureño es de 7 a 8 horas, enfatizó el profesional.
“Sin embargo, en este tiempo el sueño es muy intermitente. Hay otros factores, entre ellos, sobrepeso, relacionado directamente con apnea del sueño”, comentó.
El médico apuntó a que en general la población latinoamericana tiene mal hábito de sueño. “Los problemas sociales como la inseguridad, la inestabilidad económica, el ruido ambiental, el alto nivel de depresión y ansiedad en la población también inciden fuerte en la mala calidad de sueño”, comentó.
