El enorme tamaño y sabor de la megabaleada de 1.5 libras de harina, cinco huevos, una libra de frijoles y más de un cuarto de libra de mantequilla conquista a vecinos y conductores en la 33 calle.
Esta creación gastronómica se prepara en el restaurante Parada Forzosa, frente a la colonia Guillén, el cual abrió en la pandemia.
Dilcia Marina Cardona (60 años), propietaria del restaurante, relató que inició en el sector gastronómico en el año 2000 tras cerrar una carnicería que tenía en la colonia La Unión, la cual era objetivo permanente de asaltos.
Comenzó con un puesto de venta en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs), el cual todavía tiene operando.
Fue hace siete años que decidió implementar la megabaleada en el sitio y fue una sensación, pero luego las autoridades del centro le prohibieron vender esas baleadas de gran tamaño.
Llegó la pandemia y con el cierre de la universidad, como medida para poder llevar dinero a su hogar y el de sus empleados, Cardona decidió abrir Parada Forzosa en la 33 calle y fue un gran acierto.
La comerciante y cocinera afirmó que todas sus cocineras, incluyendo ella, son madres solteras. No ha sido fácil sobrellevar el negocio, pero procura que cada una de sus empleadas pueda llevar alimento a sus hijos, por ello busca darles salarios competitivos.
Cardona dijo que para el concierto de Bad Bunny, nacionales y extranjeros llenaron su negocio y disfrutaron de “la madre de todas las baleadas”.
La megabaleada sencilla vale L85 lempiras, la mixta con huevo o aguacate vale L105 y la de 140 lleva aguacate y huevo y la de 180 lleva todos los extra y pollo.