Odalma Henríquez, mujer oriunda de Chamelecón, con 25 años en voluntariado local, fundó en 2013 el Comité Intersectorial prodesarrollo para generar acciones que eviten una alta deserción escolar del colegio local Modesto Rodas Alvarado, así como la promoción laboral y de salud; sin embargo, afirma que la comunidad se sigue enfrentando a varios retos, entre ellos la discriminación laboral empresarial.
¿Cómo es la vinculación con otras entidades para la generación de proyectos?
La visión del comité es fomentar el desarrollo social, cultural y económico dentro del sector. Para lograr ese objetivo tenemos vinculación con organizaciones internacionales y de igual manera con la alcaldía.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) es un aliado estratégico, que nos ha apoyado en la formación de líderes comunitarios y la recuperación de espacios. Actualmente estamos rehabilitando el centro comunal de Chamelecón, el cual estaba destruido y en abandono; en ese lugar, que será un centro de usos múltiples, se capacitará a jóvenes y madres solteras.
¿Cómo se preparan los líderes comunitarios para fortalecer a Chamelecón?
Los líderes comunitarios estamos cursando una certificación como auditores sociales a través de organizaciones internacionales, y con eso podremos rendir cuentas con transparencia en futuros proyectos.
Luego de las tormentas Eta y Iota, ¿cuál fue el impacto económico y social en Chamelecón?
El impacto económico, emocional y social fue grande tras las tormentas, se generó mucha migración de familias, los padres de familia quedaron sin empleo, algo agudizado en medio de la pandemia y nos hizo más vulnerables. Muchas organizaciones entraron en apoyo y le apuntamos al desarrollo con una red de emprendedores en el sector, buscamos que la gente consuma lo local.
¿Sufre Chamelecón una estigmatización laboral y en otros campos?
La estigmatización que hay hacia el sector no nos favorece, principalmente a nuestros jóvenes que son el futuro. Tenemos alrededor de 70 mil jóvenes en edad educativa, somos más de 150 mil habitantes. Muchas veces estos van a buscar un empleo a las empresas y por el simple hecho de ser de Chamelecón no les brindan esa oportunidad, y cuando se les contrata, es porque el joven ha mentido sobre su residencia en la hoja de vida; hay una discriminación permanente. Los medios deben apoyarnos para mostrar las acciones positivas en el sector. Estamos haciendo saber a las empresas que en Chamelecón hay jóvenes con potencial, con capacidades, conocimiento y educación.
¿Cuáles acciones se generan para reducir la violencia?
Trabajamos en la violencia basada en género a través de iniciativas como foros educativos en los centros escolares y en ferias de servicio locales. El trabajo con las iglesias ha sido positivo, hay un acercamiento con la juventud para que se integren al voluntariado y sumar a la comunidad.
¿Cómo está el acceso a la educación y la salud en Chamelecón?
El acceso a la educación se ha fortalecido, un gran número de escuelas se convirtieron en Centros Educativos Básicos (CEB) y ahora una gran población sin recursos termina noveno grado. La deserción educativa se ha frenado al igual que el embarazo adolescente en relación a hace 10 años. Buscamos becas para aquellos que quieren ir a la universidad pero no tienen recursos económicos. En el área de salud, vemos que muchas veces no hay totalidad de medicamentos en los dos centros de salud públicos de Chamelecón y en los cuatro municipales. Tenemos comité de salud que está trabajando en la comunidad para buscar niños sin vacunar y la promoción de las citologías.
¿Cómo se sienten con las obras de protección contra inundaciones en el río Chamelecón?
Tenemos más de 35% de comunidades con problemas de retención de aguas lluvias. Estamos gestionando ayuda de mitigación internacional, con el dragado del río; la población debe estar consciente de evitar destruir el bordo con tuberías y siembras.