En un esfuerzo por brindar herramientas de empleabilidad y fortalecer la resiliencia de las comunidades afectadas por la migración y la violencia, el Centro de Desarrollo Empresarial (CDE) Mipyme del valle de Sula, está capacitando a migrantes retornados, desplazados o en situación de necesidad de protección.
El programa se desarrolla en colaboración con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y otras organizaciones, que con éxito están culminado un exitoso proceso de formación dirigido a migrantes.
Carlos Izaguirre, representante del CDE Mipyme, destacó la importancia de dicho programa como una alternativa real para quienes han enfrentado condiciones adversas.
“Buscamos no solo capacitarlos en oficios específicos, sino también dotarlos de herramientas que les permitan reintegrarse a la sociedad con mayor confianza y estabilidad económica”, explicó.
Acceso a la formación: una estrategia inclusiva
Para garantizar que esta iniciativa llegue a las personas que realmente la necesitan, la convocatoria se realiza mediante diferentes canales de comunicación, incluyendo redes sociales, gobiernos locales y líderes comunitarios.
Con las capacitaciones se logra que migrantes retornados y desplazados por la violencia conozcan la oferta formativa y puedan acceder a ella sin mayores barreras.
En esta edición del programa, un grupo de 20 beneficiarios del valle de Sula recibió capacitación especializada en barismo, un sector en constante crecimiento y con amplias oportunidades laborales tanto a nivel local como en el extranjero.
Además, los participantes fueron formados en habilidades blandas esenciales como comunicación efectiva, liderazgo, trabajo en equipo y atención al cliente, aspectos fundamentales para mejorar su empleabilidad y garantizar su éxito en el ámbito laboral.
Historias de superación
Los participantes del programa expresaron su gratitud y entusiasmo por la oportunidad de formación. Entre ellos, María López, una joven de 25 años que regresó al país tras un intento fallido de migración a Estados Unidos, compartió su experiencia.
“Cuando volví, me sentía sin rumbo. No sabía cómo empezar de nuevo. Esta capacitación me ha dado la confianza para buscar empleo y, en el futuro, abrir mi propio café”, relató emocionada.
Por su parte, José Méndez, quien fue desplazado de su comunidad debido a la violencia, destacó la importancia de recibir apoyo en su proceso de reinserción.
“Más allá del aprendizaje técnico, esto me ha devuelto la esperanza. Me di cuenta de que aún hay oportunidades para salir adelante sin necesidad de migrar nuevamente”, comentó.
Impacto en la comunidad
Este tipo de iniciativas no solo benefician a los participantes directos, sino que también generan un impacto positivo en la comunidad, promoviendo la integración social y reduciendo la vulnerabilidad económica de las familias.
Según datos de ACNUR, miles de personas en Honduras han sido forzadas a desplazarse debido a la violencia, mientras que otros miles retornan al país después de haber migrado en busca de mejores oportunidades. Programas como ese ofrecen una respuesta efectiva para evitar que estas personas caigan en ciclos de pobreza o marginación.
Izaguirre aseguró que el CDE Mipyme continuará impulsando este tipo de capacitaciones en distintas áreas, adaptándose a las necesidades del mercado laboral.
“Queremos que estos procesos de formación sean sostenibles en el tiempo y que las personas beneficiadas puedan construir un futuro estable sin necesidad de abandonar su país”, concluyó.
Con iniciativas como esta, el valle de Sula se convierte en un referente de resiliencia y oportunidades para quienes buscan reconstruir sus vidas en su propia tierra.