San Pedro Sula.
Con una carretera en buenas condiciones la distancia se puede recorrer en media hora, pero durante las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, el congestionamiento vehicular es agotador para quienes tratan de llegar a sus casas antes de que inicie el toque de queda.
Lo primero que se observa es que la ley del más fuerte se impone entre decenas de
conductores que salían de sus trabajos, pues cada quien hacía las maniobras que estaban a su alcance con tal de avanzar lo más rápido posible, aunque el esfuerzo casi era en vano.
Luego de 40 minutos logramos llegar al peaje, eran las 6:07 pm y la noche estaba por iniciar. Después del peaje, la calle de tres carriles se convierte en dos, lo que dificulta todavía más la circulación, creándose un pico de botella.
Finalmente, a las 7:15 pm nos ubicábamos frente a la entrada de
Cofradía, tras más de dos horas de camino a una velocidad de 10 kilómetros por hora.
Trasladarse de San Pedro Sula hacia el occidente del país en horas pico es una verdadera pesadilla.
Un tramo de 20 kilómetros, desde las casetas de peaje hasta Cofradía, los conductores se demoran más de dos horas debido a múltiples factores como la mala educación vial, el mal estado de la carretera, deficiente alumbrado público y falta de señales de tránsito, por mencionar algunos.
| Más sobre el tema
Pobladores piden al Gobierno la ejecución del proyecto de cuatro carriles de la CA-4, que fue anunciado desde 2017. El diseño de la obra incluía un bulevar de cuatro carriles, que son 24 kilómetros, dos por cada sentido, iniciando en Chamelecón hasta Naco.
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Un equipo de LA PRENSA realizó el recorrido para constatar las denuncias y demanda de una carretera de cuatro carriles. Comenzamos desde la Gran Central Metropolitana hasta llegar al puente de Naco que une los departamentos de Cortés y Santa Bárbara.
Eran las 5:11 pm del martes cuando llegamos a la altura de la terminal de buses. Para esa hora el embotellamiento ya se había apoderado del bulevar del sur, comenzando desde el punto antes mencionado.
| 80,000
Vehículos diarios circulan por el bulevar del sur, según datos del Departamento de Movilidad Urbana de la Municipalidad.
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Quienes viajaban en motocicletas o bicicletas utilizaban las aceras peatonales para hacer su marcha más ágil, pero tampoco faltaron conductores osados que recurrían al mismo mecanismo, sin demasiado éxito.
El reloj marcaba las 5:19 y nos encontrábamos frente al Campo Agas. Nos habíamos tardado ocho minutos en recorrer dos kilómetros que normalmente solo demora dos minutos.
| Falta de mantenimiento
Pasando por La Acequia, La Fortaleza, San Jorge, Las Brisas, Cofradía y hasta llegar a Naco, la carretera está muy deteriorada.
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Cuando eran las 6:18 pm estábamos tomando el desvío hacia occidente, donde la carretera se estrecha más y solo queda un carril de ida y uno de vuelta.
Con más de una hora en el tráfico, la desesperación se apoderaba de los conductores y las bocinas de los carros eran ensordecedoras, usada como desahogo ante la impotencia de no poder llegar sus hogares.
“Cerdos”, “aprendan a manejar”, “se creen lo dueños de la calle”, gritaban conductores desde sus vehículos a los choferes del transporte público que rebasaban por las orillas de manera irresponsable. Con el reloj marcando las 6:57 pm, estábamos en la colonia San Jorge, a escasos cinco kilómetros de llegar a nuestro destino, pero los baches y poca iluminación impedían avanzar con rapidez.
 El proyecto para la construcción de cuatro carriles sigue sin ejecutarse.
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Jimmy Barahona, líder comunitario de Cofradía, refirió que hace cuatro años les prometieron una carretera con cuatro carriles, pero a la fecha ni siquiera han logrado darle mantenimiento a la vía.
“Nosotros pagamos impuestos y necesitamos respuestas”, declaró Barahona.
Detalló que el problema comienza en la colonia Lempira y recorre los 20 kilómetros hasta llegar al sector conocido como La Ceibita, donde los conductores deben enfrentarse a 280 kilómetros de calle en mal estado si viajan hasta Santa Rosa de Copán.
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