La voz de un policía irrumpió en plena madrugada en un bus llenó de migrantes que se dirigían a la frontera entre Honduras y Guatemala para seguir a Estados Unidos; pero la intención del oficial estaba lejos de proporcionar seguridad. El único propósito era quitarles el poco dinero que llevaban en su dura travesía.

“Buenas noches, ¿todos en este bus son extranjeros, verdad?, repito, ¿todos en este bus son extranjeros? Bueno se me van a bajar todos y me van hacer una fila por nacionalidad. Las mujeres que andan chineando se quedan adentro. Va pues, a circular para abajo”, ordenó con firmeza el oficial de la Policía Nacional a los aproximadamente 50 migrantes que iban de pasajeros hacia la frontera de Agua Caliente.
1__En un punto de La Ceibita, Santa Bárbara, los policías instalan un retén, del cual se valen para detener los buses llenos de migrantes.
2__Aprovechando la noche, la soledad y la indefensión de los extranjeros, los agentes los obligan a pagar un cobro ilegal para que puedan continuar su camino.
Entre ellos se mezclaba un periodista encubierto de la Unidad de Investigación de LA PRENSA Premium que fue testigo del episodio de extorsión practicado por los uniformados a los foráneos.
Según testimonios recogidos por este medio, bandas de policías asaltantes operan y exprimen los bolsillos de los ya golpeados y sufridos foráneos. Los oficiales ya tienen identificados los buses donde viajan y los detienen en la madrugada en un retén policial en La Ceibita, Santa Bárbara, para aplicarles un cobro ilegal de hasta 100 dólares para dejarlos continuar.
Asalto
“Cubanos por aquí, venezolanos para allá, ecuatorianos se me quedan aquí parados, un haitiano viajaba solo). Vos que andás solo, andate con los cubanos para allá”, mandó el uniformado ante la zozobra de los extranjeros, que no entendían por qué la Policía Nacional de Honduras se los llevaba a una oscurana, en la mitad de la madrugada, bajo la lluvia y el frío, separándolos de acuerdo a su nacionalidad.
“Pero aquí tenemos el salvoconducto que nos entregó migración en ¿cómo se llama?, Choluteca”, increpó un cubano.

“Callate, que nadie te preguntó nada, ni sabés para qué los apartamos. Hagan caso si se quieren ir rápido, por mí nos estamos toda la noche, yo de aquí no me muevo”, amenazó el mismo oficial mientras giraba órdenes a otros tres elementos para que acompañaran a cada uno de los grupos.
El reportero infiltrado de LA PRENSA Premium se sumó al grupo de 25 cubanos con la grabadora del celular encendida para tratar de captar las palabras del policía.
“Esto es sencillo, todo extranjero que pasa por aquí paga un impuesto. Ustedes por ser cubanos van a pagar 20 dólares cada uno, y digan que les fue bien. Los ecuatorianos pagan 100, lo mismo los colombianos. Solo ustedes y los venezolanos porque están hechos m**rda pagan 20”, dijo sin pudor el uniformado.
Al menos tres cubanos del grupo levantaron el salvoconducto que les entregó el Instituto Nacional de Migración (INM).“Nos dijeron que no teníamos que pagar nada”, dijo uno.

El uniformado, visiblemente molesto, expresó: “Vaya, vos y vos, si no tienen pisto, pues se quedan los demás... Aquí yo puedo estar toda la noche y despachar el bus, ustedes deciden”.
Los delincuentes solo en esa noche pararon al menos 10 buses con 50 migrantes cada uno, a casi todos les metieron mano en el bolsillo, para una noche redonda que les dejó miles de dólares a costillas de los migrantes que pasan por Honduras.