18/04/2024
12:24 AM

Los nuevos emprendedores hondureños esperan resistir hasta diciembre

Las empresas que surgieron a principios de año comienzan de cero.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Con una parte del dinero que le dieron de sus prestaciones laborales que le pagó la empresa adonde trabajó 25 años más un préstamo que obtuvo su esposa en un banco, con mucho entusiasmo y optimismo Joseph Miranda montó su primera empresa y a finales de febrero abrió los portones de Multiservicios JC Miranda para recibir los primeros carros y personas con alfombras sucias.

    Tal como lo había pensando, en los primeros días, Multiservicios JC Miranda se convirtió en la gran novedad en la colonia Villa Real, cerca del bulevar Villas Mackey, pues en ese sector residencial donde habitan hondureños de clase media y clase alta no había una empresa que lavara sus vehículos, limpiara los muebles, colchones y alfombras.

    Con la concurrencia de clientes que tuvo los dos primeros fines de semana de marzo, Miranda pensó que 2020 “sería un gran año”, pero días después sucedió lo que nunca previó cuando estaba constituyendo la empresa: cerrar el negocio por tiempo indefinido por orden del Gobierno a causa de una pandemia de origen asiático llamada covid-19.

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    “Nunca pensé que sucedería algo parecido y nos pusiera en una situación delicada. Invertí una suma bastante cuantiosa y recuperarla no será tan fácil en este momento. Aquí era una zacatera: me tocó hacer el cerco, galeras, oficina, baños, poner la grava, comprar equipo y materiales”, dice.

    Claves de la micro
    1. Redes solidarias
    Las microempresas se han asociado para crear redes solidarias de comercialización. Por ejemplo, JC Miranda vende alimentos de Karen´s Café.
    2. Limitados con el dígito
    La limitación de circulación que tienen los hondureños por el último dígito de la cédula impide que las pequeñas empresas puedan obtener mayores volúmenes de ventas.
    3. Coordinación de alquilar
    Emprendedores consultados por Diario LA PRENSA consideran que el Gobierno debe subsidiar el pago de los alquileres de los locales debido a que en cinco meses no tuvieron ventas.
    Desde mediados de marzo hasta hace poco, Multiservicios JC Miranda estuvo cerrado como todas las empresas del país. Miranda permaneció con su familia encerrado cumpliendo la cuarentena y viviendo del salario que devenga su esposa. Los empleados, igualmente, se confinaron, con la diferencia y desventaja de no poseer una fuente económica para sobrevivir.

    Inevitablemente, en los meses de confinamiento, Miranda se sintió agobiado por la incertidumbre derivada de un toque de queda que parecía interminable; sin embargo, nunca desmayó y se ha mantenido con “la filosofía de lograr sobrevivir y sostener el negocio hasta que pase la pandemia”.

    La microempresa Multiservicios JC Miranda, en colonia Villa Real, sector Los Cedritos, bulevar de Villas Mackey, San Pedro Sula, ofrece los servicios de lavado de vehículos y limpieza de muebles, colchones y alfombras.
    “Ha sido un período crítico para todos. En el primer mes apoyé a los empleados, pero después no pude porque no tenía suficientes recursos. Los empleados se vieron en la necesidad de salir a vender verduras a las calles para poder sobrevivir”, dice.

    Mirada es un emprendedor con carácter fuerte, el cual comenzó a forjar desde temprana edad. A los 14 años, luego de que su padre falleciera en un accidente automovilístico, empezó a trabajar para apoyar económicamente a su madre y a su hermano menor.

    “Trabajé 25 años para una misma empresa adonde tuve la oportunidad de capacitarme y crecer profesionalmente. Aprendí mucho en cada área adonde laboré, hasta que terminé allí mismo mi carrera como supervisor de producción. La planta adonde laboraba cerró operaciones en San Pedro Sula, la mudaron a otra ciudad. Me dieron la oportunidad de trasladarme a las nuevas instalaciones, pero no podía mudarme con mi esposa y nuestros dos hijos. Teníamos poco tiempo de haber comprado nuestra casa, mis hijos estaban en la escuela y mi esposa tiene trabajo. Como crecí sin la presencia de un padre no quería eso para mis hijos”, relata.

    Tras negociar la salida de la empresa, Miranda exploró nuevas oportunidades laborales en San Pedro Sula. Asistió a muchas entrevistas, pero nunca lo contrataron por una simple y sencilla razón: la edad.

    “Me di cuenta que es verdad que la edad es un obstáculo. Cuando eres mayor de 40 años hay menos oportunidades laborales, te consideran viejo o sobrecalificado para una plaza de trabajo incluso de salario mínimo. Por esa razón tomé la decisión de emprender tomando de base toda mi experiencia administrativa y manejo de personal. Sabía que podía hacerlo, evalué muchas opciones, hasta que decidí por el servicio a domicilio del lavado de muebles, colchones, alfombras, posteriormente agregué el de control de plagas y sanitización.

    La microempresa Multiservicios JC Miranda, en colonia Villa Real, sector Los Cedritos, bulevar de Villas Mackey, San Pedro Sula, ofrece los servicios de lavado de vehículos y limpieza de muebles, colchones y alfombras.
    Previamente me asesoré y encontré en la ciudad una distribuidora que vende equipos y productos profesionales para esa actividad que son importados de Alemania. Me capacitaron y con fondos que aún me quedaban de mis prestaciones compré lo que necesitaba para emprender mi negocio”, dice.

    Antes de abrir la micro y resistir los efectos de la pandemia, Miranda, como todos los emprendedores que desean formalizar sus empresas, tuvo que lidiar con los trámites de constitución de sociedad, entre ellos, la obtención de un RTN (Registro Tributario Nacional), autorización de facturas, permiso de operación municipal y permiso de uso de rótulos.

    Todo el proceso duró alrededor de tres meses. Afortunadamente, a diferencia de otros emprendedores que han sido asfixiados por el pago de los alquileres, Miranda logró la condonación de la renta de los meses que estuvo fuera de servicio.

    En los primeros 15 días de agosto, Multiservicios JC Miranda ha estado atendiendo a los clientes con todas las medidas de bioseguridad con el objetivo de obtener dinero para pagar el alquiler, electricidad, agua y los salarios de empleados que han sufrido hasta hambre durante la pandemia, como José David López (de 19 años). “Antes de esta crisis trabajé en mototaxis, en construcción, en car wash y en todo lo que sale.

    Gracias a Dios hoy estoy aquí en Multiservicios JC Miranda esperando que la situación mejore para poder ayudar a mi hijo. Estos meses pasados viví momentos de apuros por no haber trabajo”, dice López. Del negocio de Miranda, además de su familia, dependen los parientes de los empleados. En suma, beneficia a por lo menos 25 personas.

    También se benefician los dueños de Karens Café, una microempresa que vende pupusas, pasteles, tostones y tacos congelados, a la cual en un gesto solidario le comercializa sus productos a los clientes que llegan a Multiservicios JC Miranda.

    “Por ahora esperamos que 2021 sea un mejor año, pero antes debemos trabajar porque el banco ya me está llamando para que le pague las mensualidades de la hipoteca que tengo”, dice Miranda.