El lema de la Policía Nacional fue adoptado como filosofía de vida, en la esfera privada como en la pública, por el joven inspector Kevin Pérez Vargas (QEPD), trágicamente fallecido en el cumplimiento del deber al intentar rescatar de la fuerte corriente de una quebrada a dos niños; logró auxiliar y poner a salvo a uno de ellos; empero, ya las fuerzas lo abandonaron y la correntada se lo llevó a él a la muerte, por demás trágica. Al infante aún lo buscan.
Al percatarse de lo que estaba ocurriendo, no vaciló en socorrerlos, con ello haciendo honor a la vocación de servicio inculcada durante sus estudios policiales, dando un hermoso ejemplo de valentía heroica que sirve de lección e inspiración a sus compañeros y compañeras de profesión.
Son más los cuadros policiales que honran a la institución, portando con orgullo, distinción y honor su uniforme, superando en número a quienes optan por incurrir en actos delictivos que acarrean desprestigio y desconfianza entre la población, deshonrando a la institución que los acogió.
Los primeros deben ser estimulados, los segundos sancionados. Es necesaria la permanente depuración, previa investigación de cada caso, caso contrario, se infiltran personas que ingresan con el propósito de colaborar con la delincuencia y en el proceso enriquecerse de manera rápida e ilícita.
Hoy, un hogar está de luto: el de Kevin Pérez Vargas y en el de Elvis Eliú Bautista Guillén impera la zozobra. Aquel ha sido ascendido al grado inmediato superior, recibiendo el reconocimiento de Héroe Policial, y sus colegas le darán cristiana sepultura en su pueblo natal, La Cuesta, Santa Bárbara, previa ceremonia de despedida.
Diario LA PRENSA se solidariza con ambas familias y dedica este espacio editorial al heroico ejemplo que nos deja, en mente y corazones, a todos los que radicamos en Honduras y más allá.
Kevin Pérez Vargas, héroe por siempre, tu muerte no fue en vano, el niño sobreviviente y sus seres queridos quedan permanentemente agradecidos contigo y más de diez millones de hondureños son testigos de tu lección de vida: “Servir y proteger”.
