Riesgo político, fiscal y monetario

Todos estos factores advierten, de no ser atendidos con responsabilidad, podrían deteriorar los indicadores de sostenibilidad y afectar la credibilidad de Honduras

  • Actualizado: 06 de noviembre de 2025 a las 23:40 -

Estas tres variables se encuentran íntimamente relacionadas, interactuando recíprocamente, lo que es correctamente percibido por la organización sin fines de lucro Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), que está conmemorando tres décadas de haber sido fundada, a lo largo de las cuales ha realizado periódicas evaluaciones de la condición económica y humana de nuestro país, lo que la ha merecido alta credibilidad y prestigio.

Su evaluación de la actual por demás incierta coyuntura concluye que la misma “genera costos financieros adicionales, reduce el ambiente de inversión, limita el acceso al crédito externo y sigue comprometiendo la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones nacionales e internacionales”, tanto de 2025 como de 2026.

Una suma de factores contribuyen a esta condición, que van desde el creciente debilitamiento institucional, la incertidumbre reinante respecto a la estabilidad cívica y macroeconómica de la nación, la no racionalidad en el gasto público, el cada vez más elevado endeudamiento estatal, las alzas periódicas en el costo de vida, el deslizamiento de nuestra unidad monetaria, los muy bajos niveles de producción y productividad, la inseguridad jurídica, la violencia cotidiana en la vida y propiedad de nuestros compatriotas, el cierre de empresas y el consiguiente incremento en los niveles de desempleo, las deportaciones masivas de hondureños y hondureñas residentes en el exterior, el cada vez mayor déficit de empresas públicas, especial, pero no exclusivamente, afectando a la Enee y Hondutel, la no cancelación de deudas millonarias pendientes con la empresa privada en los rubros de energía e infraestructura, los niveles de corrupción e impunidad que drenan el erario nacional, desatendiendo urgentes e ineludibles compromisos en la reducción de la galopante pobreza de dos terceras partes de la población.

En su conjunto, provocan una situación de inestabilidad e ingobernabilidad que no es atendida pronta y eficientemente por el sector público, en un porcentaje significativo integrado por personal ejecutivo ineficiente, carente de previa inexperiencia administrativa.

Todos estos factores advierten, de no ser atendidos con responsabilidad, podrían deteriorar los indicadores de sostenibilidad y afectar la credibilidad de Honduras ante sus socios financieros y multilaterales. Así nos encontramos los gobernados, sin visos de honrosas y urgentes rectificaciones.

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