Agricultura para consumo interno

Un segundo momento empezó bajo la administración Callejas y ha continuado con sus sucesores, expandiendo o apoyando más cultivos orientados a la exportación.

Crecientemente, Honduras importa más alimentos de otros países, especialmente de Guatemala, lo que obedece a distintas y complejas causas, que incluyen el desequilibrio entre la producción agropecuaria destinada a la exportación, la creciente erosión de los suelos que reduce o inhabilita los cultivos, elevadas tasas de interés cobradas por la banca privada para fines de producción agrícola, el éxodo de la mano de obra campesina hacia las ciudades y el exterior, la inseguridad en la tenencia de la tierra producto de invasiones, las plagas que afectan las cosechas, el alza en los precios de fertilizantes, el deterioro de carreteras y caminos para el traslado de la producción a las ciudades, el papel de los intermediarios que disminuyen la tasa de ganancia de los pequeños productores que no cuentan con facilidades para acceder directamente a los consumidores.

El cambio climático no solo afecta a Honduras, igualmente a las naciones que nos venden productos alimenticios. Respecto a la producción de arroz, cada vez se torna más difícil para los compatriotas que se dedican al cultivo y venta de este grano, el poder competir con las masivas importaciones procedentes de Estados Unidos, en el marco del Tratado de Libre Comercio, Cafta. Ante esta situación, el Gobierno hondureño propone una revisión integral de tal documento, que permita revisar los actuales subsidios y cuotas.

La asimetría existente entre la agricultura para el consumo interno y la orientada a la exportación se inició en la década de los novecientos cincuenta, cuando bajo la administración Gálvez se estimularon nuevos cultivos; entre ellos, algodón, azúcar, incrementos en áreas dedicadas al café, con la apertura de crédito estatal y asistencia técnica brindada por el Banco Nacional de Fomento, hoy Banadesa.

Un segundo momento empezó bajo la administración Callejas y ha continuado con sus sucesores, expandiendo o apoyando más cultivos orientados a la exportación: palma africana, ajonjolí, cacao, legumbres exóticas, cítricos, entre otros, lo que ha estimulado el ingreso de divisas y una mayor concentración en la tenencia de tierras. Además, los productores agropecuarios optan por vender su producción a El Salvador, en donde sus productos son pagados en dólares, lo que incide igualmente en el déficit alimentario actual, en sectores como lácteos y granos básicos.

Honduras aún cuenta con frontera agrícola subutilizada, especialmente en el departamento de Gracias a Dios, lo que requiere de la apertura de infraestructura, electrificación, tecnificación y coordinación entre los sectores público y privado.

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