Vuelven aplausos para Elena Larios

Haber hecho el papel de una prostituta en la obra teatral “Filomena Maturano” le enseñó a Elena de Larios a no juzgar a otras personas

  • Actualizado: 18 de noviembre de 2025 a las 00:00 -

La actividad teatral que Elena Dubón de Larios desarrolló, años atrás, tiene estrecha relación con su voluntariado, pues actuaba por la pura satisfacción de brindar entretenimiento y, paralelamente, buscaba llevar bienestar a los que más sufren.

Estas fueron algunas consideraciones tomadas en cuenta por la Asociación al Rescate de los Valores y la Moral (Valmoral) para designar, como personaje del año 2026, a la perseverante dama originaria de Comayagüela, pero sampedranizada desde su juventud.

Haber hecho el papel de una prostituta en la obra teatral “Filomena Maturano” le enseñó a Elena de Larios a no juzgar a otras personas sin conocerlas a fondo. Se metió tan profundamente en el papel de Filomena, una mujer analfabeta inducida a la prostitución por su propio padre, que logró entender mejor este tipo de problemas sociales, frecuentes en Honduras.

La actriz retirada fue esposa del recordado Roberto Larios Silva, exalcalde de San Pedro Sula, a quien apoyó en obras sociales en sus dos gestiones edilicias. Fue él quien sugirió al director del Círculo Teatral Sampedrano, Francisco Saybe, que la incluyera en una de sus obras, sin que ella se diera cuenta.

La joven Elena trabajaba como secretaria ejecutiva de una institución bancaria, adonde llegó un enviado del ingeniero Saybe a pedirle que se probara como actriz. Aceptó y llegó a actuar en 18 obras. Le gustaba tanto la actuación que recién había dado a luz a su tercera hija y ya estaba participando en la obra “El baile”.

Se dio el gusto de lucir un vestuario antiguo al estilo de Broadway, confeccionado expresamente por una casa de modas sampedrana, cuando hizo el papel de la Tía Mame. “Por supuesto, en aquel tiempo todo me quedaba bien porque era flaquita”, me comentó recién retirada de las tablas. Su última actuación fue en “Visitantes de Forest Hills”, escenificada en el entonces recién inaugurado teatro Francisco Saybe.

Después de esta obra, su apretada agenda como voluntaria social no le permitía volver a los largos ensayos que requería la puesta en escena de una obra teatral bajo las exigencias de Francisco Saybe. A las 4:15 am se levantaba para asistir a la primera misa de la iglesia San Vicente de Paúl en compañía de su esposo. Luego iba al gimnasio a ponerse en duro movimiento para lucir orgullosa su edad otoñal.

Por el tiempo en que colaboraba con el hospital San Juan de Dios, especializado en atención a la salud mental, hacía obras benéficas con las hermanas vicentinas, lo mismo que practicaba yoga. Pese a que hace 27 años dejó el teatro todavía personas comentan que añoran sus actuaciones. La saludan como tía Mame o simplemente le dicen “adiós, Filomena”. Pero parece que, con la distinción de Valmoral, aquellos aplausos están volviendo a resonar.

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