La pregunta es si usará o no su súper poder, porque todos lo tenemos a mano. Puede restaurar relaciones, reunificar amistades, borrar traumas, dignificar nuestra vida y hasta puede acabar con una guerra. Es el poder transformador del perdón. Claro que perdonar no es fácil, pero siempre será lo mejor que podemos hacer. No perdonar es como tomarse un veneno y esperar que el otro se muera. Al usar su súper poder de perdonar, no lo haga siquiera por los demás, hágalo por usted mismo. No es justo que lo aten las cadenas de las heridas y el resentimiento. Perdonar no es retroceder, sino todo lo contrario, es avanzar.
Los expertos nos dicen que perdonar libera el alma y transforma nuestra vida, porque no podemos andar por siempre con el corazón partido por el rencor. Y nos aseguran que no es lo que vives, sino la interpretación que haces de lo que vives, la que acaba generado rencor.
¿Recuerda usted a Nelson Mandela? Pasó 27 años en una terrible prisión por luchar contra el apartheid. Cuando salió libre, manifestó que salía sin rencor. ¿Por qué? Porque eligió no vivir atado al pasado. El perdón lo condujo a enfocarse en el presente y construir un futuro sin resentimientos. Le proporcionó una mejor salud emocional y mayor éxito personal. Eso le permitió ser presidente de Sudáfrica y recibir, muy justificadamente, el Premio Nobel de la Paz.
Otro caso, quizá menos conocido, es el de Inmaculée Itibagiza, sobreviviente del genocidio de Ruanda. Se escondió con otras mujeres en un baño durante 91 días llenos de sangre, enfrentando el terror y el odio. Los hutus buscaban a la minoría tutsi, y los masacraban. Nunca se supo cuantos murieron, la ONU aseguró que cerca de 500,000. Tras sobrevivir, Inmaculée, decidió perdonar. No lo hizo por los demás, lo hizo por ella. Consiguió paz interior, vivir el presente y construir el futuro, ahora es autora y conferencista internacional. Su libro: “Sobreviví para contarlo” ha inspirado a millones en África.
LO NEGATIVO: No perdonar nos aferra al rencor y produce perdida de oportunidades.
LO POSITIVO: Perdonar es un súper poder que logra que nuestra vida realmente florezca.