Sin detenerse

Los sampedranos no nos detenemos, es cierto, a pesar de la violencia ciudadana

  • 29 de junio de 2025 a las 00:00 -

Como todos los días, ella debe tomar el autobús de ruta urbana para llegar a su trabajo. Esta vez, esa rutina se vuelve más difícil, porque la noticia de un asalto en el transporte público, en el que falleció una persona, sigue siendo parte de los temas de conversación.

No queda más que depositar la confianza en que Dios la protegerá y se lanza a la vida ajetreada en San Pedro Sula, que está de feria.

En otro lugar de la ciudad, alguien debe salir más temprano de casa porque la fuerte lluvia de la noche anterior ha dejado las calles más complicadas que de costumbre y debe sortear con su viejo automóvil varios de los obstáculos que pueda encontrarse, además de los acostumbrados: obras que tardan en concluir, en combinación con la escasa educación vial de todos, conductores y transeúntes.

Mientras va camino al trabajo, escucha por la radio la noticia de la trocha del puente de “Las Brisas” que sucumbió. Piensa: “en plena feria, es como un llamado de atención hacia las cosas que desde hace mucho tiempo están mal”.

En San Pedro Sula la gente no se detiene, a pesar de las dificultades. Todos los días seguimos con nuestra vida cotidiana, con mucho en contra: infraestructura vial deteriorada, “soluciones” a medias y el desorden en el que la ciudadanía no solo es víctima, sino también partícipe.

Por eso llama tanto la atención la frase “ni la lluvia nos detuvo”, repetida por medios de comunicación y personas que asistieron al tradicional desfile del sábado recién pasado.

Hacemos alarde de que la lluvia no nos detuvo para celebrar ¡y no nos sorprende que la ciudad siga adelante a pesar del deterioro evidente y de la complicidad ciudadana!

Tenemos que comenzar por admitir que no estamos dando pasos firmes en la adaptación al cambio climático, que es una realidad. Con unas pocas horas de lluvia, la ciudad se inunda, producto de la infraestructura obsoleta, la falta de mantenimiento y la ausencia de educación de una población acostumbrada a hacer de las alcantarillas, basureros.

Da miedo pensar lo que podría pasar si algún huracán, de los muchos que han anticipado que habrá en esta temporada, llega a pasar por aquí. ¿Qué pasaría en una situación semejante, si con una lluvia las calles principales y algunos sectores se inundan?

Los sampedranos no nos detenemos, es cierto, a pesar de la violencia ciudadana, la falta de soluciones contundentes pensadas no solo en el plazo electoral, sino a largo plazo, las deficiencias de todo tipo, que no son solamente de ahora, sino de décadas de descuido en educación y en concienciación de nuestra gente.

Sí, San Pedro no se detiene, pero ¿cuándo dejaremos de normalizar este tipo de situaciones? ¿Cuándo el agite de las celebraciones dará paso a las conversaciones serias? Ojalá en algún momento reflexionemos, no para echar culpas a unos y a otros, sino para buscar soluciones que deben ser necesariamente compartidas.

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