Más fuerte que un rayo

Lo verdaderamente maravilloso es que tenemos a nuestro alcance un poder infinitamente mayor que la fuerza de un rayo: el poder del Espíritu Santo.

  • 17 de octubre de 2025 a las 23:30 -

Tony Cicoria es un cirujano ortopédico, apasionado por su trabajo, pero sin ningún interés especial por la música. Apenas había tomado clases de piano en su juventud y no tocaba ningún instrumento regularmente. Llevaba una vida normal, dedicada a la medicina y a su familia.

En 1994, mientras usaba un teléfono público en un parque de Nueva York, fue alcanzado por un rayo. El impacto lo lanzó por los aires y lo dejó inconsciente por varios minutos. Según testigos, parecía clínicamente muerto: no respiraba y no tenía pulso. Sin embargo, una enfermera que estaba cerca le practicó reanimación cardiopulmonar y logró devolverlo a la vida.

El accidente tuvo secuelas inesperadas en él. De repente, Cicoria sintió el deseo insaciable de escuchar música de piano. Lo único que escuchaba antes era rock, pero ahora estaba obsesionado con el piano.

Cierto día, mientras dormía, en el sueño comenzó a escuchar música en su cabeza. Cuando despertó seguía escuchándola y se levantó para anotar la melodía, aunque nunca había escrito música. A partir de ahí se levantaba muchas veces a las cuatro de la mañana para tocar hasta que se iba al trabajo. Cuando regresaba, tocaba hasta que se iba a dormir.

De esas visiones musicales nació su obra más conocida, “The Lightning Sonata” (La sonata del rayo), una pieza para piano inspirada directamente en su experiencia de muerte y renacimiento.

Reflexionando sobre la historia de Cicoria, Félix Cortez nos dice lo siguiente:“¿No te gustaría que a ti también te cayera un rayo para que te empezaran a gustar las cosas que agradan a Dios? Imagínalo. Un rayo para que dejes de comer mucha sal, o mucha azúcar... ¿Qué te parece un rayo que borre de tu mente los pensamientos oscuros y sombríos o que te ayude amar a tus enemigos? ¿No sería fantástico?”.

Lo verdaderamente maravilloso es que tenemos a nuestro alcance un poder infinitamente mayor que la fuerza de un rayo: el poder del Espíritu Santo.

La Biblia nos enseña que, si se lo pedimos a Dios con fe, Él nos concede su Santo Espíritu para transformarnos por completo de adentro hacia afuera (Lucas 11.13; Tito 3.5).

¿Ya ha hecho usted esta petición, querido lector?

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