El valor de la Responsabilidad Social Empresarial

Más allá del monto de inversión social, hay historias de personas que son favorecidas con acciones que transforman.

  • Actualizado: 10 de noviembre de 2025 a las 00:00 -

Hace muchos años, cuando en Honduras el gran tema de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) comenzaba a tratarse y la sensibilización era incipiente, era difícil imaginar el impacto que podría tener este movimiento voluntario hacia la incorporación de principios éticos en la gestión de negocios.

La Fundación Hondureña de Responsabilidad Social Empresarial (Fundahrse) ha venido desarrollando la labor de promover la RSE y la sostenibilidad desde hace más de dos décadas, en las que ha logrado resultados muy importantes, no solamente en la concienciación, sino también en sus impactos.

La reciente entrega del sello Fundahrse de Empresa Socialmente Responsable (ESR) en San Pedro Sula fue muestra de lo mucho que se ha logrado, con 87 empresas que obtuvieron el reconocimiento y dos importantes gremios empresariales.

En momentos en los que el papel de la empresa privada como impulsora del desarrollo integral del país es puesta en tela de juicio, basta con dar un vistazo a la inversión social de sus miembros que registra esta fundación, que ronda los 927 millones de lempiras anuales en iniciativas en educación, salud y nutrición, reforestación, empleo y autoempleo.

Más allá del monto de inversión social, hay historias de personas que son favorecidas con acciones que transforman.

El apoyo a la comunidad es el área más visible de la RSE; sin embargo, esta también implica el desafío de lograr cambios significativos en la gestión de las empresas, con la adopción de criterios éticos que significan mucho más que salir de una zona de confort, para instaurar una nueva cultura, algo que lleva tiempo y constancia, en un país en el que la ética no es el lenguaje más común.

Además, las empresas que logran el Sello ESR deben cumplir una evaluación que conlleva no solamente la buena voluntad, sino la participación de los principales tomadores de decisiones para lograr cambios sustanciales, en todas las áreas, en la relación con sus proveedores, clientes, colaboradores, comunidad y el medio ambiente.

Ser socialmente responsable no es un blindaje ante los errores y las críticas, sino un fuerte compromiso que debe honrarse a diario y que pasa por la aceptación de que la RSE no es sinónimo de perfección, sino de mejora continua.

Sin duda hay un enorme conjunto de empresas por sensibilizar; sin embargo, es importante destacar que entre las empresas que ya tienen el Sello ESR se encuentran muchas de las principales empleadoras del país, la mayoría con impacto a nivel nacional.

La empresa privada socialmente responsable demuestra que es posible hacer negocios y contribuir al desarrollo sostenible del país, con un fuerte sentido de corresponsabilidad, en el que también son protagonistas los demás actores de la sociedad: Gobierno, academia, sociedad civil organizada y la cooperación internacional al desarrollo.

Si bien el Sello ESR es un valioso reconocimiento, el mayor honor lo obtienen las empresas en las decisiones y opiniones de la población, que también tiene la responsabilidad de informarse, conocer y valorar, antes de emitir juicios. Valoremos lo que ya tenemos y sigamos avanzando.

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