27/03/2024
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Meteorólogos temen que Golfo de México sea “incubadora” de feroces huracanes en el Atlántico

  • 01 junio 2022 /

Anthony Reynes, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes precisó que cualquier tormenta tropical que se forme en junio o julio cerca de Centroamérica “tiene posibilidades” de dirigirse a la costa sur de Florida”.

Miami, Estados Unidos

La amenaza de que las aguas cálidas del Golfo de México se transformen en una “incubadora” de destructores huracanes es uno de los temores mayores para los meteorólogos de cara a esta nueva temporada ciclónica en el Atlántico, que comienza oficialmente este miércoles y se prevé muy activa.

Si el pronóstico de los expertos para la temporada de huracanes de 2022 se cumple, con el registro de entre 14 y 21 tormentas tropicales, este sería el séptimo año consecutivo que se sitúa la actividad ciclónica por encima del promedio (14).

Además, de las tormentas con nombre, entre 6 y 10 podrían devenir en huracanes y 3 y 6 de ellos alcanzar la categoría mayor, 3, 4 y 5 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, con la magnitud 5 para ciclones con vientos devastadores que superan las 157 millas por hora (252 km/h).

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EL GOLFO DE MÉXICO, UN “CRIADERO DE HURACANES”

Esta alerta por otra consecutiva y destructiva temporada de huracanes se refuerza por la amenaza de que las calientes aguas del Golfo de México actúen como una “incubadora” de feroces huracanes, o sirva de combustible para el fortalecimiento de tormentas a su paso.

“Las temperaturas de las aguas del Golfo de México son cruciales en términos de huracanes y tormentas, ya que obtienen el combustible que necesitan, vapor de agua cálido, de la superficie del océano”, advirtió hoy Anthony Reynes, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami (EE.UU.).

Entre 14 y 21 tormentas tropicales se registrarán en la temporada de huracanes 2022 en el Atlántico, según proyecciones del NHC. Fotografía: EFE

Reynes explicó que el Golfo de México “presenta unos retos particulares”: primero, “el más crucial”, en esta primera parte de la temporada de huracanes, por los vientos que soplan cerca de la superficie de sus aguas en el sur o suroeste.

Esto significa, precisó, que cualquier tormenta tropical que se forme en junio o julio cerca de Centroamérica “tiene posibilidades de hacer el viaje hacia el norte-noreste y dirigirse a algún punto de la costa sur estadounidense o de Florida”.

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Y manifestó su preocupación por el hecho de que la temperatura promedio de las aguas del Golfo de México “ya ha alcanzado y sobrepasado los 74 grados Fahrenheit (23,33 grados centígrados)”. Al sobrepasar esta temperatura, “las aguas se convierten en un ‘criadero’ de tormentas tropicales” y huracanes, como así sucedió con Katrina (2005), Harvey (2017) e Ida (2021), alertó el experto del NHC.

Y como muestra, la actual situación. En el sureste del Golfo de México se encuentra un gran área de tormentas que podría devenir en los próximos días en la primera depresión tropical de la temporada de huracanes en la cuenca atlántica.

Fotografía satelital cedida por la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos a través del Centro Nacional de Huracanes (NHC) donde se aprecia la situación del clima este miércoles en el Golfo de México. EFE/ NOAA-NHC

Los expertos de NHC prevén que el remanente de Agatha, el más poderoso huracán en tocar tierra en un mes de mayo en la costa del Pacífico en México, donde dejó un saldo de al menos 10 muertos y 20 desaparecidos, se fortalecerá de nuevo en aguas del Golfo y se dirigirá al oeste de Cuba y posteriormente a Florida.

FENÓMENO DE LA NIÑA

A este panorama y condiciones adversas hay que sumar la presencia nuevamente ese año del fenómeno de La Niña en el océano Pacífico, que potencia la actividad ciclónica en la cuenca atlántica, al contrario que la formación de El Niño, que la inhibe.

La Niña “ha sido un factor principal en estas temporadas de huracanes pasadas” y no se ha registrado en ninguna fase la “presencia sólida” del fenómeno de El Niño en el Pacífico, “que hace que los vientos e los niveles altos de la atmósfera se mantengan más débiles de lo normal” en el Atlántico, añadió.

Hugh E. Willoughby, profesor del Departamento de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad Internacional de Florida (FIU), dijo hoy a Efe que la presencia de La Niña “está provocando ciclones cada vez más severos” y que hay 1 entre 5 posibilidades de que un huracán golpee la costa este estadounidense y 1 entre 7 de que azote la costa de Florida.

Además, coincidió con Reynes en que las cálidas aguas registradas ya en el Golfo de México son “una mala noticia” y que, un año más, se espera una actividad ciclónica por encima de lo normal en el Atlántico “sin un cambio significativo” en el patrón de La Niña.