Una pareja de Wyoming (Estados Unidos) fue acusada de homicidio luego de que el hijo de uno de ellos muriera producto de una intoxicación etílica consecuencia de una 'lección' sobre el alcohol que pretendían darle al joven.
Kendall Ball, de 16 años, acabó muriendo después de haber ingerido durante dos horas tequila, cerveza y whisky, forzado por su madre y su padrastro, que buscaban que el joven se 'enfermara' tras la borrachera para evitar que volviese a consumir y se diera cuenta de los efectos negativos de las borracheras.
A las diez y media de la noche, con Kendall en aparente estado de embriaguez, los padres se fueron a la cama y aseguran que el joven se despidió con el pulgar hacia arriba, según publicaron medios estadounidenses. Fue más tarde, de madrugada, cuando el padrastro acudió a ver si Kendall estaba bienque lo encontró inconsciente rodeado de vómitos.
Joseph Richardson y su mujer, Paulette enfrentan cargos por homicidio.
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Una autopsia practicada al menor reveló que tenía 0,58 gramos de alcohol por litro de sangre, casi siete veces más que el límite para conducir en el estado de Wyoming.
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La fiscal que tomó el caso, Loretta Gerrard, expresó a los medios que ella no está contratada para 'tomar decisiones por las personas', pero que espera 'que la gente entienda que algunas formas tradicionales de ser padre ya no aplican en una era en que tenemos productos refinados que aceleran el efecto de los químicos en el cuerpo humano'.