Chile.
En el archipiélago chileno Juan Fernández, la pesca de langosta es la principal fuente de ingresos.
Unos 170 pescadores trabajan en este lugar, que se ha convertido en la “primera pesquería sustentable de Sudamérica certificada por MCC”.
'Ha sido como la necesidad la verdad, los viejos se dieron cuenta que si no cuidaban esto se iba a agotar (la langosta). Fueron precavidos y hablaron de sustentabilidad cuando la palabra no se usaba en el mundo y nos sentimos muy orgullosos de eso', dijo Daniel González, pescador y presidente Sindicato Pescadores Juan Fernández.
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La normativa que regula la pesca de la langosta es de 1935. Solo se puede pescar desde el 1 de octubre al 15 de mayo, se utilizan únicamente trampas de madera de medida específica con carnada para atraer a las langostas, quedando prohibida la pesca de buceo.
Las hembras con huevos se devuelven al mar, al igual que las que tienen un caparazón inferior a 11.5 cms.
Los más cuidadosos también devuelven al mar a las hembras que superan los dos kilos porque, según estudios recientes, monitorean a las más jóvenes y les transmiten su memoria histórica.
En total, cada año se capturan entre 80,000 y 100,000 langostas, por las que pueden percibir hasta unos 30 dólares.
Su principal mercado está en China a donde llegan vivas por avión, con un costo de hasta 200 dólares cada una.
Pero ahora hay otra amenaza: la vida dura del mar no parece retener a la gente joven, que prefiere emigrar al continente o al extranjero, pues aquí encuentran trabajo solo durante cinco meses al año. Texto, foto y video de AFP.
