Un año después de haber escapado del infierno que vivió como 'esclava de una tintotería', la vida le ha dado un vuelco a Zunduri, una joven mexicana cuya historia le dio la vuelta al mundo tras relatar las humillaciones y abusos a los que fue sometida durante su secuestro.
Zunduri asegura que lo que más valora es su libertad. Atrás quedaron los dos últimos años de su cautiverio donde la mantuvieron encadenada por la cintura o el cuello, la golpeaban con fierros, la quemaban con la plancha o soportar hambre hasta por cinco días, sin agua, lo que la llevó a comer plástico.
Cuando finalmente logró escapar y fue examinada, los médicos le contaron hasta 600 cicatrices, pero no se sabe a ciencia cierta cuántos golpes recibió. El daño a sus órganos le costó que funcionen como los de un adulto mayor; recién fue liberada funcionaban como una persona de 81, ahora como una de 60.
La joven tiene un organismo de una persona de 60 años, según los médicos. Foto: El UNIVERSAL.
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La joven mexicana que cumplirá 24 años en mayo próximo le contó a la cadena británica BBC que ahora disfruta de los pequeños placeres de la vida: Levantarse a la hora que quiera, bañarse cuando lo desee y comer lo que se le antoje.
Cuando dejamos de ser víctimas, somos sobrevivientes y desde ese momento tenemos una nueva vida Zunduri, Víctima de trata
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Una de las claves para su recuperación ha sido su activismo contra la trata de personas, un delito que ha ido en ascenso en México en los últimos años. La joven participa en conferencias y ha expuesto su testimonio en varios países.
El año pasado, con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, conoció al papa Francisco en el Vaticano como parte de la campaña de la 'Hoja en Blanco', que intenta alertar sobre la trata.
'Cuando dejamos de ser víctimas, somos sobrevivientes y desde ese momento tenemos una nueva vida, una hoja en blanco, y en esa hoja en blanco, empezamos a escribir nuestros sueños, nuestras metas, una vida nueva', explicó Zunduri a la BBC.
Zunduri presentaba varias lesiones en su cuerpo y los médicos le contaron hasta 600 cicatrices.
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Por supuesto, Zunduri también espera que sus agresores reciban el castigo que merecen. Actualmente, están en prisión la propietaria de la tintorería, su hermana, sus dos hijas y la pareja de la dueña. Sin embargo, la joven teme que salgan y tomen represalias en su contra.
'Me gustaría tener protección, confío en la justicia, confío en la ley. Me gustaría que paguen lo que hicieron con cárcel', dice la joven que expuso el drama de los esclavos modernos que todavía existen en México.