Jorge Alfredo Minaya Garay, el asesino confeso de la hondureña Karla Zelaya ya había sido descrito por su victima como un hombre “agresivo y controlador”, reveló su hermana Danira Zelaya a medios peruanos.
Danira se encuentra en Perú agilizando los trámites para repatriar el cuerpo de Karla Zelaya y para exigir justicia por el atroz crimen de su hermana.
Karla Zelaya y el peruano Jorge Minaya vivían en Londres y trabajaban en el estacionamiento de camiones de HMRC en Ebbsfleet y desde hace un año aproximadamente comenzaron a vivir juntos.
En septiembre de este año decidieron irse de vacaciones a Perú para conocer Machu Picchu y otros lugares turísticos de este país. El 22 de setiembre Karla perdió la comunicación fluida que mantenía con su familia, lo cual levantó sospechas.
Luego de varios días de búsqueda de sus familiares y exigirle respuesta a Jorge Minaya, este confesó que la había asesinado y su cuerpo había sido enterrado en la casa de su abuela.
Autoridades locales llegaron hasta donde había dicho Minaya y en efecto ahí estaba el cuerpo. Aunque la revelación era tal cuál había dicho, esta versión contrastaba con lo que Karla dijo a sus familiares.
La hondureña apareció en una casa semidestuida y Karla le dijo a los suyos que “estoy en una casa bien bonita bien amueblada”, detalló Danira Zelaya, quien aseguró que por el caso la mamá de Minaya, María Antonia Garaya y un hermano de Jorge han sido citado por las autoridades. “El que nada oculta, nada debe temer. Ellos no han querido venir a las dos citas”, reaccionó Danira.
Karla Zelaya viajó hace diez años a España en donde se nacionalizó como ciudadana y luego comenzó a trabajar en Londres. “Era una persona que cumplía todo lo que se proponía. Era una persona justa, humilde, que no se metía con nadie, es una mujer a la que hay que hacerle justicia”.
Danira reconoció que ya habían tenido problemas. “Ella me comunicó una vez era que le preocupaba del chico era muy agresivo, muy controlador, se mete en mi dinero, le gusta estarme controlando. Luego él venía adonde ella y le traía cariño y flores y comenzaba a endulzaba de nuevo y eso la volvía a conectar”.
Exigió a las autoridades justicia. “Ella era una persona temerosa de Dios. Alguien muy optimista, ejemplar. Exigimos justicia y que pongan todo el peso de la ley”, puntualizó.
