Los guatemaltecos acudieron ayer a las urnas para elegir a su próximo Presidente en unas votaciones marcadas por una masiva afluencia de electores y sin incidentes que llegasen a empañar el proceso, según las autoridades y los observadores.
A las 9.30 de la noche, tres horas después del cierre de las urnas, el Tribunal Supremo Electoral había fallado en su promesa de resultados rápidos y apenas había suministrado 34 mesas sobre casi 17,000, pero que ratificaban las tendencias de las encuestas.
El general Otto Pérez, del Partido Patriota y quien hizo campaña con el lema “mano dura”, llevaba 34% de votos, seguido con 23% de sufragios por el joven empresario Manuel Baldizón, de la agrupación Líder, quien prometió instaurar la pena de muerte y clasificar a Guatemala para la Copa del Mundo de fútbol.
Estos resultados forzarían la realización de una segunda vuelta dentro de dos meses, algo que quería evitar Pérez, quien más temprano, al sufragar, aseguraba que “el pueblo de Guatemala quiere terminar esta elección en la primera vuelta”. “Esta es la gran oportunidad para que no regrese el pasado (...), el cambio nunca va a poder estar representado por el pasado, por gente que ha cometido irregularidades”, replicó Baldizón en referencia a Pérez, acusado de violaciones de los derechos humanos durante la guerra civil que terminó en 1996. Más de 7.3 millones de votantes, entre ellos 1.9 millones de analfabetos y millones de indígenas, optaron ayer entre 10 candidatos, uno solo de izquierda: la indígena y premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, cuya intención de voto apenas llegaba al 2%.
“Esperamos que el nuevo Presidente tenga un buen espíritu y nos proporcione mejores tiempos”, dijo a la AFP la indígena Lucrecia Tepet, de 60 años, que vive en la periferia del montañoso San Juan Sacatepéquez, a una treintena de kilómetros de la capital y que llegó al poblado al amanecer para ir a misa y luego votar.
Reacción
El presidente saliente Álvaro Colom aseguró que las elecciones transcurrieron con normalidad y que sólo le habían reportado la muerte de un agente de la Policía Nacional y de un civil en una población del departamento oriental de Jalapa.
En las votaciones, según Colom, no hubo nada fuera de lo normal y destacó la gran afluencia de electores. A esos incidentes también se sumaron las denuncias de campaña difamatorias contra Pérez Molina y Baldizón, a los que se vinculó con el narcotráfico en los panfletos aparecidos en la capital y en una población del departamento noroccidental de Huehuetenango.
El candidato presidencial del PP calificó esa campaña de “actos desesperados” y no descartó la participación de activistas de la gobernante Unidad Nacional de la Esperanza, UNE, que no tuvo ningún candidato presidencial por el rechazo de la de Sandra Torres, que meses atrás se divorció del gobernante para evitar la prohibición que impide aspirar al cargo a familiares directos del Presidente.
Establecido
Según la Ley Electoral y de Partidos Políticos, para ganar la Presidencia de Guatemala, el candidato tiene que obtener el 50% más un voto de los sufragios válidos emitidos. De no haber nadie que lo consiga, algo que no ocurre en la historia reciente de Guatemala, habría una segunda vuelta el 6 de noviembre entre los dos candidatos más votados.
El ministro guatemalteco del Interior, Carlos Menocal, aseguró que hubo varios detenidos durante las votaciones, acusados de diferentes delitos electorales, y que las fuerzas de seguridad están alertas ante posibles disturbios cuando se comiencen a conocer los resultados de las votaciones.
