El gobernador de Texas, Greg Abbott, generó polémica en Twitter al referirse a las víctimas del tiroteo en San Jacinto como “inmigrantes ilegales” tras anunciar una recompensa de $50,000 por la captura del sospechoso de asesinar a las cinco personas de nacionalidad hondureña.
Abbott anunció una recompensa adicional a los 80,000 dólares que ofrece el FBI para cualquiera que pueda ofrecer información que conduzca al arresto del autor del tiroteo, identificado como Francisco Oropesa, de 38 años y de nacionalidad mexicana.
“Anuncié una recompensa de $50K por información sobre el criminal que mató a 5 inmigrantes ilegales el viernes... Sigo trabajando con funcionarios estatales y locales para garantizar que todos los recursos disponibles se desplieguen para responder”, escribió Abbott en Twitter.
Las víctimas fallecidas fueron identificadas como Daniel Enrique Lazo, de 8 años; Sonia Argentina Guzmán, de 25 años; Diana Velásquez Alvarado, de 21 años; Obdulia Molina Rivera, de 31 años, y José Jonathan Cáceres, de 18 años, todos ellos de nacionalidad hondureña.
La mención del gobernador sobre el supuesto estatus ilegal de las víctimas en Texas generó una lluvia de críticas de personalidades políticas y activistas pro inmigrantes.
“Cinco seres humanos perdieron la vida y Greg Abbott insiste en etiquetarlos como ‘inmigrantes ilegales’”, indicó en Twitter el demócrata Julián Castro.
El reconocido chef José Andrés, respondió a Abbott que “nadie es ilegal en el cielo “estimado gobernador” y en la vida, como mucho, serán indocumentados. Hablas con odio acerca de los inmigrantes y esa retórica es la que ha creado esta situación, en primer lugar. Muestra alguna empatía, eso es lo que los buenos líderes hacen”.
Al menos una de las cinco víctimas tenía residencia estadounidense. Diana Velásquez Alvarado, 21 años, recibió el estatus de residente permanente tras haber recibido asilo político en EEUU en diciembre del 2021.
La residencia permanente de Alvarado tiene la categoría AS6, la cual es otorgada un año después de haber recibido el beneficio de asilo político.
En tanto, más de 200 agentes buscan a Oropesa en Texas en colaboración con varias agencias que se han sumado al caso.
El viernes por la noche, Oropesa estaba disparando en el jardín de su casa con un fusil AR-15 cuando uno de sus vecinos se le acercó y le pidió que dejara de hacer ruido porque era muy tarde y la familia, incluidos unos niños, no podía conciliar el sueño.
Oropesa respondió irrumpiendo en la vivienda de sus vecinos para dispararles en el cuello y la cabeza, como si se tratara de una “ejecución”, según ha descrito la oficina del sheriff.
