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11:38 AM

200 agentes buscan a Francisco Oropeza en Texas y ofrecen recompensa

  • 30 abril 2023 /

El mexicano acusado del crimen ingresó a la casa con un fusil AR-15 y les disparó en la cabeza

San Pedro Sula, Honduras.

“Abrió fuego entrando a la casa y mató a mi esposa y a mi niño de ocho años, me quedé con una de mes y medio y una de tres años”, fue el desgarrador relato de Wilson Lazo, esposo de Sonia Argentina Guzmán Taibot y padre del pequeño Daniel Enrique Lazo Guzmán (de 8 años), dos de los cinco hondureños asesinados a balazos en el condado de San Jacinto, Texas.

El desconsolado hombre relató a medios hispanos en Texas que “mi comadre murió protegiendo a mi niña porque la abrazó, él le disparó por el costado, pero luego regresó y le disparó en la cabeza”.

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El crimen contra los cinco hondureños que ha consternado a la comunidad hondureña e hispana ocurrió la noche del viernes en una vivienda en el condado de San Jacinto, Texas, a unos 90 kilómetros de Houston.

Las víctimas fueron identificadas como Diana Velásquez Alvarado (de 21 años), Obdulia Molina Rivera ( de 31 ) quien también se hacía llamar Julissa; Josué Jonathan Cáceres ( de 18), Sonia Argentina Guzmán Taibot (de 28) y su hijo Daniel Enrique Lazo Guzmán (de 9).Armado y peligroso. El alguacil del condado, Greg Capers, informó que el autor del tiroteo es de nacionalidad mexicana y fue identificado como Francisco Oropeza. Se le imputan cinco cargos de asesinato.

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El sospechoso era conocido en el vecindario porque le gustaba disparar en el jardín de su casa con un fusil AR-15, dijo Capers. Según explicó Capers, el sospechoso irrumpió en la vivienda de sus vecinos después de que ellos le pidieran que dejara de disparar en el jardín con su fusil porque era muy tarde y un bebé estaba intentando dormir.

Según Capers, cuando los agentes llegaron a la vivienda se encontraron a los adultos ya sin vida, mientras que el menor fue trasladado en helicóptero a un hospital, donde murió.

La Policía vio cómo dos de las mujeres fallecidas estaban en el dormitorio de la vivienda y sus cuerpos estaban encima de dos de los niños que sobrevivieron, en un aparente intento de protegerles de las balas.

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Otros tres niños fueron trasladados al hospital, cubiertos de sangre, pero no fueron heridos. Las diez personas que estaban dentro de la casa vivían juntas, aunque no formaban parte de la misma familia.

Recompensa

Más de 200 agentes fueron ayer de puerta por puerta en busca de pistas que les permitan arrestar a Francisco Oropeza. Agencias federales como el FBI también están implicadas en la investigación y llevan desde el sábado prestando asistencia.

Para animar a los vecinos a colaborar, las autoridades están ofreciendo una recompensa de 80,000 dólares para cualquiera que pueda ofrecer información que conduzca al arresto del autor del tiroteo.

“Tenemos su tarjeta del consulado mexicano”, señaló el sheriff del condado. El sábado, las autoridades pensaban que tenían al sospechoso acorralado en una zona boscosa cercana al lugar del tiroteo; pero, perdieron su rastro y, ayer domingo, tras ampliar al perímetro de búsqueda, reconocieron que no saben siquiera si el sospechoso se encuentra aún en la zona.

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El FBI cree que Oropeza pudo haber contactado a sus amigos para pedirles ayuda para escapar y, ahora, los agentes están intentando identificar a esos amigos para interrogarles. Las fuerzas de seguridad ya han interrogado a la esposa del acusado “dos o tres veces” y se mantienen en contacto con ella.

El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, exigió que se castigue con todo el peso de la ley al autor de la muerte de los cinco hondureños.

“Exigimos se aplique todo el peso de la ley contra él o los responsables de este crimen”, indicó Reina en Twitter. El Consulado de Honduras en Houston ha realizado acciones para brindar apoyo a los familiares de los compatriotas ultimados y para la repatriación de los cadáveres que serán cubiertas por el programa de víctimas de crimen que ofrece Estados Unidos.

Dolor

Francia Cristina Guzmán, la madre de Silvia, se enteró por teléfono que su hija y su nieto estaban muertos. Contó que su hija le hizo su casita en Honduras, pero “daría todo eso por tenerlos”.