La muerte del papa Francisco, este lunes a los 88 años de edad, da inicio a un largo y regulado proceso para que la Iglesia elija a un sucesor, con la celebración de un cónclave.
Luego de que el cardenal Kevin Joseph Farrell anunciara esta mañana la muerte del pontífice argentino se abre el periodo conocido como "sede vacante", sin un pontífice reinante, mientras la Iglesia será regida provisionalmente por el camarlengo estadounidense.
El decano de los cardenales, Giovanni Battista Re, convocó a Roma a los cardenales de todo el mundo para que conformen las "congregaciones", que decidirán la fecha del funeral y el entierro del papa difunto.
Acabados los ritos funerarios, es el momento del cónclave, el rito con el que los cardenales menores de 80 años se encierran en la Capilla Sixtina para elegir un sucesor. La ley vaticana estipula que deberá celebrarse en el plazo de 20 días.
Una vez elegido un sucesor, la iglesia anunciará al mundo la noticia con la famosa 'fumata blanca', el humo blanco que saldrá de la chimenea de la Capilla Sixtina.

¿Cuáles son los requisitos para ser papa?
Según el Código de Derecho Canónico, cualquier hombre bautizado en la fe católica es elegible para el papado, si no es obispo, debe ser ordenado como tal de inmediato. El cargo está reservado a hombres solteros, ya que la Iglesia exige celibato para los cargos más altos del clero.
En la práctica, los papas suelen ser cardenales con amplia experiencia y altos cargos en la Curia Romana, lo que los hace los candidatos más preparados para liderarla.
La Iglesia católica no permite que las mujeres sean ordenadas sacerdotes, y por lo tanto, no pueden acceder al papado.
El cónclave
Del latín "cum clave" (bajo llave), se trata de una reunión en la que los cardenales menores de 80 años se reúnen en la Capilla Sixtina, a puerta estrictamente cerrada, para elegir un sucesor al difunto, y no volverán a la "libertad" hasta completar su misión.
La "sede vacante" sigue un ritual claramente estipulado en el que "nada se ha de innovar", según obliga el Derecho Canónico.
Actualmente los electores son 138 (a fecha de febrero de 2025). La mayoría de Europa (54), seguidos por los asiáticos (24), los sudamericanos (18), norteamericanos (16), africanos (18), centroamericanos (4) y de Oceanía (4). Francisco descentralizó la iglesia con diez consistorios en los que creó purpurados "de las periferias".
La elección se hará por escrutinio secreto. Para que sea válida la elección del Romano Pontífice se requieren dos tercios de los votos.
El primer día de encierro se realizará una sola votación y en los días posteriores, en caso de fracasar, dos por la mañana y dos por la tarde.
Tras cada votación, se quemarán los votos en una estufa instalada para la ocasión en la Capilla Sixtina. El color del humo que salga por la chimenea anunciará al exterior el resultado: si es blanco, significará que se ha alcanzado un acuerdo. Si es negro, el cónclave deberá seguir. En el pasado se usaba leña o paja para intensificar el humo y evitar confusiones, pero ahora se emplean químicos.
Una vez un cardenal se imponga al resto, el decano, Giovanni Battista Re (en febrero de 2025), preguntará al elegido: "¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?". De asentir, le preguntará cómo quiere ser llamado.
El nuevo papa soberano es llevado enseguida a la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la 'sala de las lágrimas', donde habrán preparados tres trajes pontificios de varios tamaños (dado que es imposible saber de antemano quién será el elegido).
El último paso será anunciar la elección al mundo: "Habemus Papam" (tenemos papa) es la fórmula que el protodiácono exclamará desde el balcón de la basílica vaticana. El nuevo pontífice se presentará entonces al mundo e impartirá su primera bendición 'Urbi et orbi'.